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I. INTRODUCCIÓN
El incremento poblacional, asociado a la industrializa-
ción y la urbanización incrementa la demanda del
recurso hídrico. La combinación de estos elementos
provoca cambios en el uso del suelo, pasando de áreas
rurales a áreas residenciales o industriales, lo que lleva
a incrementar los vertidos urbanos y acumular sustan-
cias tóxicas, dado que el aprovechamiento del recurso
no es de forma sustentable (Torres et al., 2009; Forero
et al., 2013). Otro aspecto importante que se suma al
deterioro de las fuentes hídricas es la existencia de
centrales hidroeléctricas, estas al realizar una regulación
del caudal, alteran los hábitats, crean variaciones en la
disponibilidad de recursos tróficos y traen consigo
cambios en el régimen de temperaturas (Oscoz et al.,
2006). Como consecuencia los organismos que habitan
tramos localizados aguas abajo se enfrentan a nuevas
condiciones ambientales, de forma que algunos taxones
disminuyen en abundancia mientras que otros la
aumentan y algunos incluso desaparecen (Doledec et
al., 1996).
Las variables físicas y químicas se consideran
indicadoras de la calidad del agua, de las condicio-
nes tróficas y ecológicas (Castro et al., 2014). Los
ICA tienen como objeto estimar el grado de calidad
del agua con el propósito de reconocer problemas
de contaminación (Aldana y Zacarías, 2013).
Dada la diversidad de factores que están influyendo
sobre la dinámica del recurso hídrico es insuficiente
la evaluación basada simplemente en los parámetros
fisicoquímicos, ya que impiden tener una visión
global de la calidad del agua en los ríos, pues al ser
puntuales no informan sobre las variaciones en el
tiempo (Roldán, 2003; Springer, 2010).
Los aspectos biológicos han adquirido una aumentada
importancia, debido a que las comunidades acuáticas
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actúan como testigos del deterioro ambiental y reflejan en
la estructura de sus comunidades los cambios ecológicos
acontecidos en ellas (Caicedo y Palacio, 1998; Roldan y
Ramírez, 2008). El Biological Monitoring Working Party
(BMWP) es un método de puntaje simple de macroinverte-
brados reportados en una región, identificados a nivel de
familia y que solo requiere datos cualitativos de presencia
o ausencia (Roldán, 2003).
Montoya et al., (2011) realizaron un estudio en el
Rio Negro perteneciente a la ciudad de Medellín
donde compararon los resultados obtenidos en un
estudio llevado a cabo en el 2002 con los del 2007,
empleando el BMWP/Col, el ASPT, el índice de
diversidad (H’) y el índice ICA. Los resultados obteni-
dos tras la aplicación de los índices indican el
deterioro de la calidad del agua, especialmente en los
tramos medio y bajo del río, en los cuales se observa
una sustitución de los taxones característicos de
aguas de cabecera por un grupo de taxones más
tolerantes como Chironomidae, Baetidae, Simuliidae.
Por otra parte Forero y Reinoso (2013), realiza-
ron una caracterizaci ón biológica y fisicoquímica
de la cuenca del río Opia, con el fin de estimar la
calidad del agua a través de la fauna béntica y
variables fisicoquímicas. Los resultados fueron
relevantes y constituyen uno de los primeros
esfuerzos en el departamento del Tolima en utilizar
estas herramientas para conocer a fondo el estado
de la cuenca y su grado de intervención.
Diversos trabajos sustentan que el estudio de las
comunidades de macro invertebrados sumado a los
análisis de variables fisicoquímicas, arrojan una visión
más amplia acerca del estado de contaminación en el
que se puede encontrar una fuente hídrica (Hurtado et
al., 2005; González et al., 2012; Hahn-vonHessberg et