Mitos y leyendas Mitos y leyendas | Page 9

Eneas. Dido decidió dar acogida a los recién llegados, que se instalaron en la ciudad de Cartago. La reina quedó prendada de los encantos del héroe Eneas, y no dudó en confesarle su amor. Sin embargo, Eneas tenía otro destino: partir a Italia y sembrar la estirpe que siglos después daría lugar a la fundación de Roma. Tras reponer sus fuerzas y arreglar sus naves, Eneas y los troyanos partieron de Cartago. Despechada, Dido erigió una enorme pira y le prendió fuego para arrojarse a ella tras atravesarse el pecho con una espada. Antes de morir, la reina de Cartago juró odio eterno a los descendientes de Eneas, un odio que se extendería hasta la Roma y la Cartago de las Guerras Púnicas. 8