OPINIÓN
Se cree que, en Guayaquil, la Casa Morada no es la primera ni la última iniciativa cultural, sino un proyecto personal y mínimo en una ciudad que siempre ha forjado propuestas muy valiosas y alejadas de la oficialidad, propuestas independientes que no han encerrado a la cultura en una elitista urna de cristal. Funciona en un local mediano, sus paredes moradas lucen la imagen de un búho. En anaqueles y mesones están las obras de autores ecuatorianos. .
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Cuenta que asistiendo a funciones del grupo de teatro Muégano, asentado en el sector, le fue gustando la barriada. “En este momento Casa Morada es una librería en el sur que pretende realizar gestión cultural –reflexiona–, que no es financiar eventos con nuestro propio dinero, sino buscar que, de alguna manera, en Guayaquil, las empresas empiecen a pensar que aportar dinero a la cultura es tan importante como apoyar lo educativo, al deporte o lo social, obviamente, los réditos no son monetarios, pero sí una satisfacción para quienes se acercan a este tipo de proyectos”. (O)
Redacción: Liria Dávalos.