tes de que el ciclo de combinaciones posibles en el cosmos finali-
ce. Hay que tener en cuenta que el mismo concepto de tiempo es
relativo, pues cuando los mismos acontecimientos se vuelvan a
repetir no se podrá hablar de hechos futuros pues el mismo tiem-
po se habrá vuelto a reiniciar.
Es posible que al terminar cada ciclo cósmico todas las almas se
reúnan para formar una sola vida y también una sola partícula,
pues la materia también es vida, y a partir de ese instante comien-
ce de nuevo su escisión para formar nuevas almas y nuevas partí-
culas. En realidad toda la materia es vida, la denominada vida or-
gánica es en realidad el resultado de sumar un espíritu individual
a un cuerpo creado a partir de la materia, que es vida mineral. En
realidad, la razón de la existencia de la vida orgánica es la necesi-
dad del espíritu de encarnarse en un cuerpo material que amplifi-
que las sensaciones espirituales, pues el espíritu es esencialmente
energía y la vida es más intensa al unirse con la materia. Es con la
adecuada combinación de ambas cosas como se progresa hacia la
felicidad, además poseer un cuerpo mortal permite al espíritu re-
novarse y volver a vivir las sensaciones de nuevo como si fuera la
primera vez. Al reencarnarse el espíritu en un cuerpo material este
tiene la posibilidad de experimentar las intensas sensaciones que
las propias leyes de la materia le proporcionan, pues al ser un me-
dio no controlado por él siempre está expuesto a sensaciones nue-
vas, puede construir el mundo según su propia imaginación pero
respetando las leyes de la naturaleza.
En realidad toda la materia tiene vida, pues todo lo que existe está
vivo, la diferencia es que hay cosas que tienen una vida diferen-
ciada, como las plantas o las personas y hay otras formas de vida
que son parte de algo más grande como las rocas o el mar, en este
caso solo son parte de otras vidas que son los planetas o las gala-
xias, la materia por lo tanto es vida en forma individual, mientras
que en cambio la vida orgánica es el resultado de sumar una vida
espiritual a una vida mineral, al juntarse el espíritu con el cuerpo,
pues la naturaleza determinó que la materia de los planetas pudie-
ra usarse para tal fin. Podría decirse que esto es como si solo exis-
tieran dos clases auténticas de seres, los espíritus formados esen-
cialmente por energía y los planetas formados por materia es decir
por energía concentrada y estabilizada. Es posible incluso que to-
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