HOMBRES O INSECTOS
Es lamentable ver como tantas personas viven sus vidas realizan-
do conductas repetitivas sin casi dedicar tiempo a detenerse y ob-
servar el mundo que les rodea. Cuando así actúan no son diferen-
tes de aquellos animales como los insectos cuyas vidas están diri-
gidas a hacer las cosas de un modo automático. Es cierto que la
necesidad de trabajar o de cuidar a los niños dificulta mucho la
tarea de analizar el mundo que nos rodea para poder comprender-
lo, pero también es cierto que son muchos los que solo asocian el
tiempo libre a los entretenimientos superfluos basados en el estí-
mulo simple de los sentidos, pero sin ningún esfuerzo intelectual.
Creen que la cultura consiste simplemente en aprender lo que
otros han pensado o escrito. Estas personas no comprenden que la
esencia del universo se basa en la capacidad para reflexionar y
comprender su verdad profunda, lo cual es una de las experiencias
más maravillosas que existen, porque es a través de esa reflexión
cuando nos hacemos conscientes de nuestra propia existencia y de
nuestra capacidad para mejorar el mundo que nos rodea. Por este
motivo, las drogas como el alcohol deben ser rechazadas por
cualquier ser que aprecie su inteligencia, porque anulan la propia
conciencia convirtiéndonos en burdos autómatas, además de da-
ñar nuestro cerebro. La verdad es que la mayoría de la gente solo
conoce la parte superficial de la vida, la auténtica vida comienza
cuando nos esforzamos en comprender la mecánica del universo y
a partir de ahí disfrutamos modificando aquello que sirva para
mejorar nuestras vidas, porque nosotros también somos parte de
la evolución y en consecuencia podemos participar en ella. La
gente se pasa la vida criticando a esa despreciable clase política
que nos representa, pero sin embargo se creen sus burdas patrañas
cuando nos dicen que vivimos en una democracia cuando eso no
es cierto. No comprenden que la gente materialista y mezquina
muestra un interés desmedido en ocupar los puestos más remune-
rados debido a su incapacidad para saber valorar la importancia
de las cosas pequeñas. Estas personas carecen de sensibilidad y se
pasan sus mediocres vidas intentando amasar grandes fortunas,
porque piensan que el dinero remediara el vacío que sienten en su
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