MIS HISTORIAS MARRUECAS LIBRO de HISTORIAS MARRUECAS | Page 92

llamamos en la familia), y visitar igualmente a mi tía Paca y a mis primas Charo, Herminia y Maruja. Yo no tenía documentación para pasar a Tánger, entonces ciudad Internacional que se precisaba pasaporte, tan solo tenía la llamada “carta de llamada” que era la única documentación que los residentes en el Protectorado tenían para recibir a familiares. Por consiguiente, veía poco probable este viaje que me hubiese gustado mucho. No obstante, mi tío Felipe era un hombre con bastantes recursos y contactos en la Zona, conocía a un Policía español que hacía el servicio en el ferrocarril Tánger-Fez, que además de amigo era el padre de su futuro hijo político, el novio de mi prima Carmen, Enrique Seguí. Por tanto, el Sr. Seguí aceptó con agrado el favor y planteamos el viaje para un día determinado, yo con mucha ilusión esperaba ese día. Y llegó ese día, con gran alegría por mi parte, tan solo podía permanecer en esta famosa ciudad veinticuatro horas y con más ilusión que equipaje me puse en camino hacia la Estación de ferrocarril de Alcázar que estaba a unos 300 metros del Hotel España, yo corría más que andaba y saqué billete en 2ª clase siguiendo las instrucciones del Sr. Seguí, rumbo hacia la mítica Tingi, como ya era conocida en época romana. Cuando llevábamos recorridos algunos kilómetros, viendo pasar el panorama con fotogramas veloces sin más ruido que el traqueteo acompasado del le “chemin de fer”, como dicen los franceses a este medio de comunicación. En nuestro compartimento, con tres extraños viajeros que apenas nos cruzamos palabra…En ese momento tras el revisor para “picar” el billete un Policía que se dirige a mí y me dice en francés, - ¿Le passaport s'il vous plait ?, yo me quedé sin palabra y le dije…-¡Lo tiene el señor Seguí…Su compañero! … En ese crítico momento apareció el Policía 92