MIS HISTORIAS MARRUECAS LIBRO de HISTORIAS MARRUECAS | Page 63
el panorama era muy preocupante, ya que estaba el bus
parado a menos de un metro de un torrente, que bajaba
aguas abajo para precipitarse al mar, que estaba a poco
menos de 500 metros. El conductor muy relajado nos
infundía ánimo. Esperamos más o menos una hora y ya se
veía el otro lado de la carretera. Nos subimos a bordo el
pasaje y continuamos viaje hasta Tetuán, que llegamos sin
novedad comenzando a declinar la tarde. Tras efectuar un
transbordo en la Estación de Autobuses para continuar viaje
hasta Alcazarquivir dando fin a este accidentado viaje.
Esta vez el tiempo era de calor y más calor…cogí de nuevo
el Bus por la mañana, iba ya para la península. Salía de
Alcazarquivir con dirección hacia Tetuán, era la capital del
Protectorado, para tomar un nuevo bus para Ceuta y
suizamente embarcar para Algeciras.
En estos Buses de la “Valenciana S.A”., aparte de los
conductores españoles, yo era casi siempre único europeo
que iba en estos autobuses, que hacían paradas en los
pueblos, que eran pocos, y en todos los zocos con los
nombres de los días de la semana, por ejemplo:
El Lunes=T, zenín… Martes,=T’lata… Miércoles=Arbaá….
Jueves=Gemís… Viernes=Yumá……Sábado=Sept…y el
Domingo=Had.
Mi asiento era casi siempre junto a las ventanillas y en una
de las paradas, ya cerca de Larache, subió una enorme
musulmana, en la espalda su “jaique”, estaba abultado. La
costumbre era el llevar a sus hijos en las espaldas, esto es lo
más normal en esta tierra africana y se sentó en el asiento
junto al mío, que me dejó más comprimido que un bocadillo
de queso. Aparte el hedor era de órdago.
Pasaban los kilómetros que me parecían interminables y por
fin, hizo para en el Zoco del Jemís de Benigorfet, allí se bajó
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