MIS HISTORIAS MARRUECAS LIBRO de HISTORIAS MARRUECAS | страница 100

loca, de un lado al otro, los pelos llegaban al suelo, volteando la misma hasta la paranoia y así se tiraban horas y horas. Por otro lado, los hombres se arrojaban con el cuerpo, sobre unas chumberas que había allí, muy cerca de la Avenida. Creo que a estas sectas la llamaban “los hamachas”, y “los haisaguas” o algo parecido. Me contaban musulmanes mayores, que unos años antes tiraban unas bolas de hierro hacia arriba y que al caer ponían la cabeza, con la consiguiente herida y la cabeza abierta. También se hacían cortes en la cabeza y cuerpo con una especie de hacha que tenía la cuchilla cilíndrica. Y así se escribe esta historia, en mi deseo de que sea breve, para no cansar a mis amables lectores, con la esperanza de que les distraiga y traten de ver unas circunstancias distintas a las que hoy nos preocupan. 100