MIRADAS PERU # 73 | Page 26

Vivencias Religiosas en el Perú de Hoy

Según el joven José Carlos Mariátegui, escribiendo sus crónicas sobre la Semana Santa y las procesiones de inicios del siglo XX, decía que “estas servían para unir a la sociedad más allá de sus diferencias. Fiestas que ayudaban a la estabilidad en una realidad social compleja”.

En el Perú de hoy, hay muchas regiones y ciudades que sobre salen por sus ricas tradiciones durante la Semana Santa:

En el departamento de Ayacucho, la Semana Santa representa la festividad religiosa más grande e importante. Las procesiones del Señor de la Agonía, de la Virgen Dolorosa y de San Juan, dan comienzo a las celebraciones, reconocido por sus hermosas iglesias de piedra, construcciones coloniales que producen asombro a sus miles de visitantes.

En el departamento de Moquegua, la conmemoración de la Semana Santa ha sido declarada Patrimonio Cultural desde el año 2010. El Señor de las Piedades es la figura religiosa más importante dentro de la festividad que se inicia el Jueves Santo en esta región. Los devotos preparan siete altares con una altura de entre dieciocho y veinte metros. El Señor de las Piedades es ornamentado con flores, palmeros y olivos.

En Catacaos, Piura, los devotos se atavían de color negro como señal de respeto por la muerte del Hijo de Dios. Varias procesiones tienen lugar en Semana Santa en las calles más representativas de Piura. Esta fecha es también la oportunidad que aprovechan muchos de los comensales piuranos y visitantes para degustar los deliciosos potajes de esta calurosa región norteña.

En Cajamarca, la Semana Santa tiene lugar principalmente en la granja Porcón y en la ciudad de Contumazá, lugares donde se celebra la Procesión de las Cruces. El Jueves Santo, en las calles de Contumazá, se lleva a cabo una interpretación en las que los devotos simulan ser penitentes blancos y negros que se encuentran para saludarse y continuar con su recorrido religioso.

En Trujillo, capital del departamento de La Libertad, la principal imagen es la del Señor de la Misericordia. El Jueves Santo, los fieles preparan un altar adornado con luces para ofrecérselo a Jesús. El Viernes Santo, se presenta al Cristo en la cruz, asistiendo los feligreses a escuchar el Sermón de las Siete Palabras del Mesías. Tradicionalmente, doce personas vestidas de blanco quitan los clavos del Cristo crucificado y desplazan a la Virgen Dolorosa a su lugar en una urna de vidrio.