MIRADAS PERU # 73 | Page 24

El Merlín

de Cabo Blanco

Av. César Vallejo 1502, Lince, Lima, Perú

+51 1 4700327

Abierto: 11:30 - 17:00

Detalles:

RANGO DE PRECIOS

S/ 34 - S/ 51

TIPOS DE COMIDA

Peruana, Latina, Mariscos, Sudamericana

COMIDAS

Almuerzo

CARACTERÍSTICAS

Comida para llevar, reservas, asiento, sllitas altas disponibles, Acceso para silla de ruedas, Sirve alcohol, Servicio de mesa, Estacionamiento disponible.

Viernes Santo:

“La Pasión y el Santo Sepulcro”

Entre todas las celebraciones de Semana Santa, el Viernes de dolores era el día central, a fines del siglo XVIII, se celebraba el sermón de las tres horas. Todos ayunaban en Lima, solo los muy enfermos estaban excluidos y todos vestían de negro. En diversos templos del país el Viernes santo salía la procesión de la pasión de Jesucristo, acompañado de los judíos, muñecos de forma ridícula que causaban burla. También salía la procesión del Santo Sepulcro.

A diferencia de la procesión del Señor del borriquito, era una festividad donde concurría la gente de la aristocracia limeña, encargada a la noble Archicofradía de la Veracruz. Salía del templo de La Merced en un desfile de autoridades civiles y eclesiásticas y un despliegue de incienso, estandartes, casullas y diversos ornamentos. Los vecinos colocaban delante de sus casas velones de sebo dentro de latas para iluminar la ciudad hasta la diez de la noche en que la procesión pasara por sus calles, entonces las luces se apagaban en medio de la solemnidad que provocaba la procesión al abrirse paso entre el gentío.

Sábado Santo:

“La Misa de Gloria y la Espera”

El Sábado Santo se realizaba la Misa de gloria y en la noche los pulperos quemaban a Judas. La vigilia de Sábado de Gloria, en muchos pueblos andinos, era acompañada de cánticos, representaciones teatrales, comida y licor. Las cofradías y hermandades se organizaban convenientemente para la larga espera. En el día, las corridas de toros – como es tradición en nuestros días –, las ferias populares y otras actividades permitían sobrellevar las horas hasta la misa nocturna y la llegada del tiempo nuevo. A la medianoche por último, en Lima, los pulperos quemaban a Judas, terminando así la Cuaresma y el principio de la alegre Pascua. En Huamanga, Cusco, Arequipa y otras ciudades las campanas al amanecer avizoraban el nuevo resplandor del cristianismo, con el Señor, triunfante, saliendo de los templos a recorrer las calles y mezclarse con una feligresía que así, anualmente, renovaba su fe y sentido de la trascendencia.

Domingo de Resurrección:

El Santo Domingo salía la procesión de Pascua donde se paseaba primero la imagen de San Juan y la Virgen anunciando la resurrección de Jesucristo. Cuando terminaba la procesión los fieles acudían a las plazas y plazuelas a comer, la gran cantidad de platos y dulces que vendían las vivanderas. En las panaderías de la capital se preparaba el pan de dulce, mientras que en la sierra peruana el tradicional “tanta wawa”. Este se vendía a partir del viernes de dolores y las panaderías eran los lugares más concurridos.