COMUNICACIÓN DE GNOSIS UNIVERSAL!
ENERO, 2015
PALABRAS DE ORO
Por:
Helena Blavatsky
“La Doctrina
Secreta”
LA DAMA CON ARMIÑO
POR LEONARDO DA VINCI
La verdad jamás puede ser destruída; y
por eso no ha surtido efecto la tentativa
de eliminar enteramente de la faz de la
tierra todo vestigio de la Antigua
Sabiduría, ni de aguijonear y amordazar
a todos aquellos que pudieran dar
testimonio de ella. Si se atiende a los
millares y tal vez millones de
manuscritos quemados; a los
monumentos reducidos al polvo con sus
inscripciones más que indiscretas y
pinturas de un simbolismo
excesivamente sugestivo; a la multitud
de eremitas y ascetas que se pasaron
recorriendo las ruinas de las ciudades
del alto y bajo Egipto, los desiertos y las
montañas, los valles y las tierras altas,
buscando con ansia obeliscos y
columnas, rollos y pergaminos, para
destruir los que contuviesen el símbolo
del Tao o cualquier otro signo de los
que la nueva fe se había apropiado – se
comprenderá fácilmente por qué sobró
tan poco de los anales del pasado.
ambas construyeron sus templos sobre
enormes hecatombes de víctimas
humanas. En el Pórtico del siglo I de
nuestra era brillaron fatídicamente estas
palabras ominosas: “El Karma de
Israel”. En los umbrales del XIX podrán
leer los profetas del futuro otras
palabras que harán referencia al Karma
de la historia astutamente falseada, de
hechos distorsionados a propósito y de
grandes caracteres calumniados ante la
posteridad y destruidos hasta dejarles
Ambas religiones conquistaron sus irreconocibles entre los dos carros de
prosélitos con la punta de la espada; J a g a n n a t h a : e l F a n a t i s m o y e l
La realidad es que el obsesivo espíritu
del fanatismo de los cristianos de los
primeros siglos y de la Edad Media,
como ocurrió después con los sectarios
del islamismo, prefirió siempre vivir en
el oscurantismo y en la ignorancia.
Unos y otros convirtieron (...) el suelo
en sangre, e hicieron de la tierra una
tumba, de la tumba un infierno, y de
este infierno las más profundas
tinieblas.
Materialismo: uno que todo lo acepta y
otro que todo lo niega.
Sabio es aquél que se mantiene
tranquilo entre los dos extremos, y que
confía en la justicia eterna de las cosas.
Madame Blavatsky
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