MINERVAS Diciembre 2014 | Page 30

COMUNICACIÓN DE GNOSIS UNIVERSAL! interpretación del marxismo, y desde el anarquismo se considera a la masonería una institución esencialmente burguesa y por lo tanto incompatible con la militancia obrera. Pero hubo casos de dobles militancias, y en algunos casos en que se prohibió la militancia en la masonería hubo gente que optó por el partido y gente que opró por la logia. En Asturias tenemos un ejemplo, que es el de José Loredo Aparicio, que forma parte de la logia Jovellanos y que evoluciona hacia el socialismo, pero empieza en el trotskismo y viaja dos veces a la Unión Soviética pagado por el diario El Noroeste de Gijón. Él, cuando debe elegir, opta por el partido, pero Eleuterio Quintanilla, uno de los mejores pensadores anarquistas que ha dado nuestro país y que, aunque sin tener una participación excesivamente activa, era masón, abogó por la pertenencia a la francmasonería y dejó la semilla sembrada: sus dos nietos son francmasones. finalizar las tenidas, gritar: “¡Viva la República!”, y aquí ya digo que algunos somos republicanos, pero el compromiso es con la democracia como sistema de convivencia y con los derechos que están implícitos en una democracia real. Establecido eso, la elección entre las formas monárquica y republicana del Estado se deja a la libre conciencia de cada cual. Y en la masonería inglesa, lo que encontramos es una vinculación directa a la Corona: de hecho, creo que el gran maestro de la Gran Logia Unida de Inglaterra es Felipe de Edimburgo, el marido de la reina, por aquello de que las mujeres, incluida la reina, tienen vetada la entrada. ¿Qué debe ser uno, y qué no debe ser, para ser masón? No debe ser totalitario, no debe ser Otra idea corriente es la conexión íntima con el republicanismo. ¿Hasta qué punto es cierta? ¿Se debe ser republicano para ser masón? No, no, no, no. Tú puedes ser monárquico y ser francmasón. Yo no soy monárquico, y me parece un contrasentido ser masón y ser monárquico, pero en mi logia hay monárquicos, qué le voy a hacer (risas). Sí que es verdad que hay una implicación histórica de la masonería con el republicanismo, y que el Gran Oriente de Francia tiene allí una vinculación directa con el ideal republicano. Pero la tiene porque en Francia hay una simbiosis, una sinonimia república-democracia que aquí, donde la historia es la que es y no hubo un 1789, no hay. En Francia, en el Gran Oriente, hay la tradición de, al dogmático. En la masonería, el totalitarismo y el dogmatismo no tienen cabida. La masonería se basa, precisamente, en la pluralidad, en la diversidad, en la alteridad, en construir las cosas a partir de la conciencia clara de que cada uno tiene una opinión. En la masonería no cabe aquél que sólo admite su opinión y su verdad y que además cree que esa opinión y esa verdad es lo único que se puede utilizar para construir un orden social. Por eso la masonería choca con los totalitarismos económico, financiero, religioso, político, etcétera: porque lo que quiere un totalitarismo es imponer a DICIEMBRE, 2014 los demás una determinada concepción de la realidad, aunque considere que es la más beneficiosa. Otra idea es que la masonería es un mundo esencialmente masculino. Eso, más que un mito, ha sido una realidad histórica. La fundación de la masonería moderna La primera masonería excluye a la mujer porque considera que no es un ser libre excluye a la mujer porque considera que no es un ser libre, que no tiene capacidad de decisión propia, que depende del marido, del hermano, del sacerdote... No hay que olvidar que la sociedad del siglo XVIII es una sociedad machista. No obstante, algo chirriaba ya entonces, porque empiezan a buscarse subterfugios para facilitar la entrada de determinadas mujeres; entradas por la puerta de atrás como las logias de adopción, orientadas a mujeres pero controladas por hombres. Eso se mantiene hasta finales del siglo XIX, cuando empiezan a aparecer las primeras organizaciones femeninas y mixtas. Después, la mixtidad va calando poco a poco en todas las obediencias del arco liberal de una manera o de otra, aunque la realidad todavía dista mucho de ser la ideal en este sentido y sigue habiendo reticencias en algunos sectores. La situación actual es que conviven organizaciones estrictamente masculinas, estrictamente femeninas y mixtas. ¿Cuál es la situación con respecto a la mujer en el Gran Oriente de Francia? El Gran Oriente de Francia es ya una organización mixta, pero le costó mucho llegar a serlo, dar el paso hacia la mixtidad. Mixtidad es una palabra que no existe en castellano; nosotros la PAGE 30