COMUNICACIÓN DE GNOSIS UNIVERSAL!
ser la pretensión de llegar a la Sabiduría
por otra vía diferente a la del estudio, el
conocimiento y la comprensión de la
verdadera naturaleza de las cosas, de
los fenómenos y de los seres).
Sin el coraje para restablecer la verdad
histórica sobre el origen de falsas o
desfiguradas enseñanzas
presuntamente espirituales; fomentando
un tristísimo comercio de “toma y daca”,
entre la Humanidad y un supuesto dios
arbitrario y monstruoso que inventaron
(un dios totalmente exterior al ser
humano y a todo o que existe; un dios
que daría a los seres, al nacimiento,
condiciones de vida tan diferentes y
exigiría a todos por igual, ofreciéndoles
una sola vida para echar a suertes el
cielo o el infierno, un dios manipulable
por los ruegos de unos, y tan imposible
al sufrimiento de tantos y tantos)
mirando la Ciencia de soslayo, con
recelo de que avance hasta
conocimientos embarazosos para sus
caducos edificios pseudo-teológicos, ¿Qué más podrían esas personas
sustentar, sino que la vivencia espiritual
no es una cuestión de demostración, y,
por eso, privilegio únicamente de los
que tiene “fe”?
En tanto, por mucho que a algunos
pueda sorprender, hay quien afirma
repetida y claramente que, mucho más
que demostrar, los dominios de la
espiritualidad y de su vivencia son,
sobre todo, una cuestión de
comprender. Con este posicionamiento
sí nos identificamos. Apreciamos que se
salvaguarde la libertad de pensamiento
y, más aún, de investigar. No se trata de
querer reducir a Dios o a la
espiritualidad a una mera curiosidad
científica, donde no haya lugar para el
amor, la compasión y para a fraternidad.
No, de ninguna manera. Lo que
queremos decir es que existe una
Ciencia Espiritual (o Esoterismo), que
investiga y se esfuerza por formular
layes sobre los niveles internos y
espirituales del Ser Universal y que, de
ese modo, nada tiene que ver con
sentimientos vagos e indefinidos, con
una fe sectaria, con dogmas
incomprensibles, y, por eso, ya de inicio
inescrutables, o incluso, con pseudointerpretaciones absurdas. La
espiritualidad puede y debe ser objeto
de un conocimiento científico que
disponga evidentemente de una
terminología propia, tienda a investigar
y entender de modo integral el
Macrocosmos, el Microcosmos y las
Leyes impresas en el Todo. El estudio,
la reflexión y la investigación tal vez no
constituyen un camino fácil. Con todo,
este puede conducir más allá del error y
de la creencia, y quien por él se rige
vendrá ciertamente a experimentar que,
allí donde se junta la grandeza de
corazón y el brillo de la inteligencia, se
abre hacia delante el camino de la
Sabiduría.
Dios, ¿un axioma (in)necesario?
Leda - Leonardo Da Vinci
En un extremo radicalmente opuesto,
otra postura sustenta la idea de que “la
Ciencia es el guardián avanzado del
materialismo”. Para los que la
defienden, cuanto más profundo llegue
la investigación de los científicos sobre
los secretos del Universo, tanto más el
hombre dejará de tener necesidad de
recurrir a la idea de Dios para explicar lo
ABRIL, 2015
que ahora le parece misterioso e
insondable. Dicen (por ejemplo) que, así
como antiguamente se atribuía a la
acción de los dioses fenómenos
atmosféricos como los relámpagos y los
truenos, o se interpretaba como un acto
mágico el magnetismo de ciertos
materiales, y hoy la Ciencia entiende y
explica estos fenómenos, así
acontecerá mañana con lo que
actualmente nos parece extraño e
incomprensible. En su concepción de la
Ciencia, la idea de Dios es un axioma
innecesario, estando por tanto
condenado a desaparecer del corazón y
la mente del Ser Humano.
Siendo verdad que la ciencia y el
materialismo se han dado muchas
veces la mano, no olvidemos que una
importante contribución a esa situación
han venido de los entusiasmos (y de los
entusiastas) de las aplicaciones del
conocimiento científico a los dominios
de la técnica. No poniendo en duda que
los avances técnicos constituyen
medios importantísimos para el
desenvolvimiento de la calidad de vida
en el planeta, nadie puede negar, por
otro lado, que ellos han desencadenado
modos de vida más preocupados por el
“tener” que por el “ser”, distorsionando
las posibilidades reales que el avance
científico permite (máxime cuando no se
pone al alcance de todos los beneficios
de sus descubrimientos). Mucho menos
se puede negar que varias de sus
aplicaciones acarrean tremendos
problemas…
Añadiremos además que, en algunos
casos, no es tanto la existencia de Dios
la que es negada, sino su concepción
antropomorfizada, aún predominante.
Se preguntan “¿Dónde está ese dios
que prete ndéis próximo, pero que asiste
impávido al sufrimiento de los inocentes
y deja que ocurran las guerras?” Esto
es: se continua discutiendo el deseo de
un Dios que actué objetivamente, que
intervenga aleatoriamente, que altere el
orden de las cosas a su favor y a favor
de “los buenos”, o sea, siempre ¡De un
Dios arbitrario (hecho a imagen y
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