Military Review Edición Hispano-americana Julio-Septiembre 2016 | Page 65
FUERZA CIBERNÉTICA
(Foto: Ejército de EUA, Sgto. 2º Chuck Burden)
El Jefe de Estado Mayor del Ejército, general Mark Milley, observa mientras oficiales del Instituto Cibernético del Ejército en la Academia
Militar de EUA en West Point, estado de Nueva York, demuestran el derribo de una aeronave no tripulada con fusil con capacidad cibernética, 12 de octubre de 2015.
diestramente la formación profesional de sus guerreros
cibernéticos. Podrían establecerse campos de estudio (p.ej. codificación, redes, protección contra virus
o gestión de intrusión) y también podrían diseñarse
trayectorias profesionales, incluyendo las asignaciones
en unidades de ciberespacio, en agencias de desarrollo
de capacidades y en estados mayores conjuntos, donde
podrían integrarse los efectos de ciberespacio con las
operaciones en los dominios físicos. Actualmente, los
guerreros cibernéticos dependen de las necesidades
de recursos humanos de sus instituciones militares y,
frecuentemente, estas personas se consideran intercambiables con el personal de comunicaciones. Si bien hay
actividades que coinciden indudablemente entre los
campos de comunicaciones y la guerra cibernética, una
fuerza cibernética podría posibilitar un mejor discernimiento de pericias y mejor gestión de capital humano.
Operando en el ciberespacio. La ventaja principal
de establecer una Fuerza Cibernética independiente
es la capacidad de desarrollar la fuerza más capaz. Sin
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embargo, las operaciones en el ciberespacio también
llegarán a ser menos arriesgadas y más eficaces. En los
dominios físicos, es relativamente fácil dividir el campo
de batalla por lugar físico: el Ejército opera tierra adentro, la Armada opera en el mar, el Cuerpo de Infantería
de Marina opera en las costas y la Fuerza Aérea en los
cielos. Sin embargo, tales límites obvios no existen en
el ciberespacio y las cuatro fuerzas armadas operan en
todas partes del mismo. La oportunidad para que una
institución infrinja en la operación de otra en el ciberespacio, o accidentalmente la sabotee, es más probable
que en los dominios físicos separados. La carga de mando y control y el riesgo de fratricidio en el ciberespacio
incrementan con el número de guerreros cibernéticos
de cuatro fuerzas armadas distintas que operan independientemente en el dominio. Otra consecuencia de
tener cuatro iniciativas distintas en el ciberespacio es
el potencial para la redundancia imprevista (p.ej., dos
instituciones podrían dedicar recursos a resolver el mismo problema o desarrollar la misma capacidad). Una
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