Military Review Edición Hispano-americana Enero-Febrero 2015 | Page 64

Foto de la (Armada de EUA, Contramaestre Josh Ives El Teniente coronel Mark Martin, Ejército de EUA, encargado del equipo de asuntos civiles para el Equipo de Reconstrucción Provincial Farah, (PRT, por sus siglas en inglés) saluda y ríe con Mawlawi Guhlam M. Ruhaani, director de Hajj y Donaciones, después de una participación del líder clave en la ciudad de Farah, 29 de diciembre de 2012. “antiestadounidenses” y considerados “subversivos” Este , . periodo dio como resultado un persistente legado de sospecha y desconfianza entre el gobierno y muchos en el ámbito académico.6 El uso de sociólogos para apoyar el uso de equipos de apoyo de operaciones civiles y desarrollo revolucionario en Vietnam y, después, el Sistema de terreno humano en Irak y Afganistán, antagonizaron aún más el mundo académico desde las Fuerzas Armadas hasta sus operaciones. Muchos en la comunidad académica consideraron que estos programas usaban a los científicos como recursos políticos o militares, y no en su verdadera capacidad de educadores y estudiosos. En octubre de 2007, la Junta Ejecutiva de la Asociación Antropológica Americana emitió un comunicado en relación con el Proyecto de Sistema de terreno humano del Ejército. En el mismo, la Junta expresó su desaprobación del programa basados en razones éticas y la preocupación de que pondría en peligro a sus 62 integrantes.7 Este grupo consideró que el Ejército estaba simplificando un tema muy complejo. David Price, antropólogo de la Universidad de San Martín, señala que cuando el Ejército, o las Fuerzas Armadas, en su conjunto, “quiere adoptar algo potencialmente tan blando como la Antropología, a menudo se ven seducidos por las fantasías de la ciencia exacta” .8 Estos ejemplos ilustran el abismo que existe entre la comunidad de ciencias sociales y las Fuerzas Armadas de hoy en día. Impulsado, principalmente, por una historia del uso de científicos sociales y sus respectivos campos, considerado amoral, la brecha se abrió aún más debido a las posturas políticas, desacuerdos en cuanto a la política lo cual hizo que muchos académicos e investigadores se tornaran antagónicos a todo intento de acortar la brecha. Lo único que ha hecho la oposición a las últimas guerras en Irak y Afganistán, el confinamiento de combatientes extranjeros en la Base Naval de Guantánamo y el uso de supuestas técnicas Enero-Febrero 2015  MILITARY REVIEW