Military Review Edición Hispano-americana Enero-Febrero 2015 | Page 61

DOMINIO HUMANO El hombre, la molécula de la sociedad, es el sujeto de la ciencia social. —Henry Charles Carey, economista del siglo XIX L os actuales desafíos fiscales que enfrenta el Departamento de Defensa, han obligado a los servicios a reinventarse a sí mismos y desarrollar conceptos innovadores, mientras que también luchan para garantizar que se autodefinan por medio de una simple palabra: relevancia. Con este fin, la Armada y la Fuerza Aérea de Estados Unidos han desarrollado su trayectoria futura para los encargados de elaborar las políticas y los estrategas, en cuanto a la batalla aérea-marítima, al postular un profundo manejo y control de las zonas marítimas comunes como el árbitro de los futuros conflictos. Cabe destacar que estos se basan, principalmente, en medidas tecnológicas que han de lograrse. En contraste, los componentes terrestres del Departamento de Defensa han empezado a colaborar con su marco de referencia conceptual de relevancia, en una época de recursos austeros, sin embargo, se busca vender una vieja idea en un paquete nuevo. Su respuesta no es un llamado para un concepto de campaña complicada, ni otro conjunto de costosas armas o programas de vehículos. En su lugar, la idea es concentrarse en el aspecto humano de la guerra y cómo, históricamente, la guerra sigue siendo, fundamentalmente, un esfuerzo humano de lucha entre la gente, por lo general, de diferentes culturas con conjuntos complicados de sistemas de idiosincrasias complejas. Una consecuencia de este planteamiento es que revela la necesidad de ampliar los paradigmas intelectuales usados para investigar y analizar el esfuerzo humano de la guerra, a fin de lograr una mejor formulación de las herramientas necesarias para triunfar en el conflicto. Por ejemplo, si bien la historia es una gran maestra, no es el único planteamiento que debe usarse para lograr una mayor claridad de este concepto. El solo depender de la historia no será suficiente como guía para revelar las motivaciones subyacentes ni las soluciones atenuantes comunes de la guerra. Por el contrario, la ampliación de las herramientas conceptuales para analizar a cabalidad la guerra, debe incluir el uso de las ciencias sociales. Este es un paso clave para ayudarnos a desentrañar el misterio de la violencia humana, comprender el lado humano de un conflicto dado, y prever MILITARY REVIEW  Enero-Febrero 2015 las respuestas del comportamiento humano en diversos cursos de acción contemplados, que involucran el uso de la acción militar en dicho conflicto. El concepto del dominio humano, según lo clasifica actualmente el Ejército, no es nuevo. Los historiadores de la guerra han regresado ad infinitum a la idea de que la guerra es inherentemente un esfuerzo humano. El conflicto ocurre en muchas áreas y dominios: en tierra, mar, aire, espacio y, ahora, en el ciberespacio. Sin embargo, según indica la figura, de haber un dominio general que lo abarque todo, este sería el dominio humano. A menudo, una solución sencilla para todo propósito del Ejército a los problemas del pasado, principalmente ha sido un recurso de violencia destructiva; matar, a veces, es lo que hacemos cuando no comprendemos el problema. Por lo contrario, las iniciativas para comprender el dominio humano a un nivel mucho más complejo, pueden ayudarnos a comprender una situación, evitar la escalada y limitar la cantidad de violencia requerida para mitigar la situación. En vista de que el Ejército y la Infantería de Marina son las fuerzas terrestres principales, es lógico pensar que empujan una idea de guerra futura que incluye la interacción humana como el concepto y componente indispensable que une todas las líneas de operación y líneas de esfuerzo. A fin de desarrollar esta idea, el Ejército, la Infanterí HHX\