Military Review Edición Hispano-americana Enero-Febrero 2015 | Page 24
a sus subalternos. Esto podría mejorar bastante el ambiente de mando general de las unidades del Ejército.
El ambiente de mando
El Ejército comprende la importancia de un ambiente
de mando positivo. Se requiere que los integrantes de todas
las unidades de tamaño de compañía lleven a cabo encuestas que proporcionen retroalimentación al comandante
sobre factores tales como el liderazgo, estado de ánimo y
cohesión de la unidad.34 Si bien, frecuentemente, la retroalimentación de estas encuestas, refuerzan la evaluación del
comandante sobre el estatus de la unidad, también pueden
destacar los fracasos de liderazgo específicos en la cadena
de mando. El nombre de moda para las personalidades de
liderazgo organizacionalmente destructivo es el liderazgo
nocivo. Dado que no hay definición exacta, se acepta que
los “líderes nocivos son personas cuyo comportamiento
parece estar impulsado por una preocupación excesiva en
su carrera, se centran en sí mismos a costa de sus subordinados y unidad, y que cuyo estilo es caracterizado por
el comportamiento abusivo y dictatorial que fomenta un
ambiente organizacional perjudicial”35
.
El despido de los oficiales que encajan en este perfil, es
una medida importante para mantener un ambiente de
mando el cual permite que prospere el espíritu guerrero.
A la inversa, si los líderes de mayor jerarquía no establecen las condiciones necesarias para que los líderes
eficaces produzcan ambientes de mando positivos, entonces el espíritu guerrero caerá víctima de la aversión
a tomar riesgos, la desconfianza y el liderazgo deficiente
en el Ejército. Aparte de las medidas activas para eliminar los oficiales nocivos, el incrementar la capacitación
de liderazgo entre los oficiales de menor jerarquía para
mejorar las destrezas de liderazgo, la ética y la competencia técnica, es un paso hacia el fortalecimiento de
los ambientes de mando necesarios a fin de mantener el
espíritu guerrero en los soldados.
Además, las conversaciones transparentes sobre
los efectos negativos del liderazgo nocivo en el Ejército
como una organización completa también son cruciales.
Esto demostrará que los líderes de mayor jerarquía del
Ejército son conscientes de que hay oficiales nocivos
en sus filas. Sin embargo, hasta la fecha, las medidas
para identificarlos y despedir a los oficiales nocivos del
servicio militar son inadecuadas. Tales oficiales, ya sea
que se identifiquen de alguna manera, actualmente son
enviados a distintas asignaciones en lugar de despedirlos
del Ejército, lo que, sencillamen te, les proporciona la
oportunidad de ser oficiales nocivos en otro lugar.
Estas acciones son necesarias para eliminar a los
oficiales cuyo comportamiento resulta perjudicial a
la cohesión y estado de ánimo general en las unidades
individuales. No es suficiente discutir los peligros del
liderazgo deficiente. El Ejército debe hacer un esfuerzo
común para despedir a estos oficiales a fin de ganar la
confianza de líderes talentosos que combinan la buena
administración con el liderazgo heroico.
Conclusión
Se puede decir que actualmente, hay espíritu guerrero
en el Ejército y que es un factor crítico en nuestro éxito
en combate. A medida que el Ejército regresa a un
ambiente de tiempo de paz, se deben hacer esfuerzos
especiales para fomentar un ambiente de mando en todo
el Ejército que apoye y conserve la cultura guerrera. De
lo contrario, los oficiales y suboficiales talentosos que son
tanto líderes heroicos como administradores expertos,
cambiarán de profesiones, a medida que pierden fe de
que el Ejército toma en serio el mantenimiento del
espíritu guerrero. Los líderes de mayor antigüedad deben
actuar como una red de seguridad en la aceptación de
riesgos y evaluar a los subalternos según el ambiente de
mando que los mismos fomentan en el nivel de compañía. Además, mientras el Ejército hace la transición a una
fuerza más económica, se presenta una oportunidad de
identificar a los oficiales deficientes, agradecerles por su
servicio y obligarles a cambiar de profesión. Si se toma
este paso crucial, el espíritu guerrero podrá seguir siendo
parte de la cultura organizacional y el Ejército seguirá
siendo capaz de cumplir la misión.
Referencias Bibliográficas
1. Loeb, Vernon,“Army Plans Steps to Heighten ‘Warrior Ethos’:
Leaders View Many Soldiers as Too Specialized,” Washington Post
22
(8 de septiembre de 2003).
2. Janowitz, Morris, The Professional Soldier: A Social and
Enero-Febrero 2015 MILITARY REVIEW