Military Review Edición Hispano-americana Enero-Febrero 2015 | Page 16
subsiguientes, no ha cambiado significativamente desde
la publicación original del documento en 2008. Esto
sugiere que los líderes de mayor jerarquía del Ejército
presumieron que el espíritu plasmado por la fuerza
actual era indefinidamente sostenible sin ajustar el
planteamiento que tomara en cuenta una carencia de
operaciones de combate reales.
Sin embargo, cabe destacar que si bien en la
Declaración de Postura del Ejército de 2012 se incluye un vínculo al documento de información sobre la
cultura guerrera, en el documento más reciente no se
usa el término cultura guerrera ni espíritu guerrero.10 En
cambio, la Declaración de Postura se centra en la innovación tecnológica, fuerzas centradas en redes y la transición a una fuerza más pequeña, eficiente y adaptable.
El liderazgo teórico
Liderar un Ejército en transición desde las operaciones de combate hasta un ambiente de guarnición no
es un problema nuevo y la transición contemporánea
es menos problemática de lo que ha sido en cualquier
momento en nuestra historia. La fuerza no solo está
compuesta de voluntarios, sino también la cultura
militar actual está acostumbrada a la introducción
constante de nuevas tecnologías en el campo de batalla contemporáneo. Esto reduce la necesidad del tipo
actual de guerreros con grandes conocimientos para
agregar soluciones tecnológicas al arsenal militar.
Por el contrario, la transición del Ejército seguida
de la reducción de fuerzas después de la Operación
Desert Storm (1990-1991) parece haber sido más fácil
de lo que en la actualidad enfrenta el Ejército, debido
a la corta duración de las operaciones de combate. Sin
embargo, a pesar de la aparente ventaja de las operaciones de corta duración, es importante destacar que
la reducción, en menos de un año, de más de 100.000
tropas que regresaron a casa después de la Operación
Desert Storm, paralizó la estructura de la fuerzas la cual
permaneció en las secuelas inmediatamente después
del conflicto hasta mediados de los años 1990.11
En otro ejemplo, el período de transición del fin de la
guerra de Vietnam, fue más complejo debido al súbito
ritmo incrementado de los cambios tecnológicos con la
llegada de las computadoras, el choque cultural militar
debido a la transición que se extendió desde la conscripción hasta un Ejército compuesto completamente de voluntarios y las fuertes opiniones negativas de las Fuerzas
14
Armadas en general, por parte de muchas personas en la
sociedad civil. Si bien el ambiente nacional y la cultura
militar interna son muy distintos a la de la actualidad,
los estudios sobre el liderazgo de la era de Vietnam, no
obstante, siguen siendo pertinentes en la discusión de
los cambios en curso del Ejército actual.
El sociólogo, Dr. Morris Janowitz, llevó a cabo amplios estudios de las Fuerzas Armadas antes y después
de la guerra de Vietnam y publicó diversos libros sobre
el tema de las Fuerzas Armadas en transición. Su análisis y conclusiones son tan relevantes hoy en día como
cuando fueron originalmente publicadas.
Una de sus obras, titulada The Professional Soldier,
presentó una caracterización fuera de época de la
profesión militar. Janowitz llevó a cabo su investigación
en medio de preocupaciones en cuanto a que el avance tecnológico, incluyendo la introducción de armas
nucleares en la Segunda Guerra Mundial, agotaría lo
que Janowitz clasificó como el “espíritu combatiente” Al
.
admitir que este espíritu era difícil de definir, ofreció lo
que “se basa en un motivo psicológico, que impulsa a un
hombre a buscar el éxito en el combate, independientemente de su seguridad personal” Esta definición re.12
fleja la intención de la formulación actual de su cultura
guerrera del Ejército.
Janowitz estudió el espíritu guerrero (combatiente)
en el combate y concluyó que “en estas condiciones, la
autoridad [en el combate], se basa menos en el grado
formal y autoridad legal, y más en el liderazgo personal y la capacidad de crear la solidaridad en el grupo
primario y la eficacia de pequeña unidad” Sus inves.13
tigaciones también concluyeron que existen distintas
características de liderazgo y que la creciente tecnología
llevaría el liderazgo militar hacia la administración y
lejos del líder heroico e inspirador que unía a las unidades en el combate.14 De importancia especial, observó
que el uso del liderazgo administrativo, un elemento
necesario para lidiar con el rápido cambio tecnológico,
amenazaba con disminuir el espíritu guerrero y alejar
al Ejército de los valores que, históricamente, habían
ganado las guerras de la nación.
En una comparación de estilos de liderazgo, él
observa que un distintivo positivo relacionado con los
líderes administrativos, además de una habilidad de
eficazmente presentar el cambio tecnológico, es la capacidad de hacer innovaciones con las prácticas comunes
para incrementar la eficacia.
Enero-Febrero 2015 MILITARY REVIEW