MILAGRO PARA EL ACUFENO PDF DESCARGAR GRATIS 2020 | Page 37
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EL OÍDO INTERNO
A medida que continuamos nuestro recorrido a través del oído,
revisemos lo que ya hemos tratado. Los sonidos creados por la
compresión y la rarefacción en la atmósfera son recepcionados por
nuestros oídos - a saber, los pabellones auriculares o protuberancias
externas del oído externo. Este sonido viaja a través del conducto
auditivo externo en forma de embudo hasta llegar al tímpano. Esta
membrana timpánica vibra en respuesta a las partículas del aire en
movimiento que forman las ondas sonoras. Esta vibración pone en
movimiento la Cadena de Huesecillos - las pequeñas estructuras óseas
que transfieren la energía mecánica del sonido y la amplifican a medida
que pasa a través de cada uno de ellos: el martillo, el yunque y el estribo.
Una vez que el estribo recibe las vibraciones amplificadas, provoca
presión sobre la cóclea y nos lleva hasta el oído interno.
Hasta este punto, todo el sonido ha estado viajando a través del aire, que
sabemos es mucho más fácil que viajar a través del agua. Pero en el oído
interno, el sonido encontrará fluido por primera vez y la forma en que
se desplaza hacia el cerebro cambia drásticamente. El oído interno es
comúnmente llamado laberinto, debido a la cóclea en forma de concha
que conforma el espacio. Gran parte del trabajo de escuchar se realiza
en el oído interno, y es la última parada para los sonidos en su
desplazamiento hacia el cerebro en forma de información.
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