Una mansión en la que vivían Trueno de Fuego, una dragona y su duende Estefan.
Un día, Trueno de Fuego se levantó y vio que Estefan se había ido de la mansión.
Fue al castillo a buscarlo y se encontró a la princesa, que estaba en su cama dormida.
Después fue al salón a ver si estaba, pero sólo enocntró al hada madrina.
Ella le cantó una canción para tranquilizar a la dragona. Lo hizo con su maravillosa guitarra.
Bajó al jardín y allí estaba el duende jugando en el laberinto.
El dragón y el duende fueron donde estaba el criado de la princesa.
Se hicieron muy amigos de él. Jugaron a volar en las escobas del castillo.
Al final, el príncipe, la princesa, el duende y la dragona, vivieron en un gran palacio.
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