Mictlantecuhtli número cero RevistaAntropologica2 | Page 17
Un desagrado total por el orden político, consti-
tucional o con todo aquello que sea instaurado
bajo un régimen gubernamental, también se les
asocia a problemas con drogas, se les denomina
pervertidos, degenerados y agresores de lo polí-
ticamente correcto. Esto provoca e incita al des-
prestigio del trabajo arduo que realizan cientos de
investigadores los cuales tienen la iniciativa de
proponer soluciones a situaciones contraprodu-
centes presentes en los círculos sociales de todo
el mundo. Craig Calhwn dice que: “Los investiga-
dores en ciencias sociales tienen la pasión por
el saber. Son científicos que pretenden producir
conocimientos precisos y rigurosos; también son
humanistas preocupados por comprender en toda
su diversidad la vida social, sus transformacio-
nes históricas y sus particularidades culturales.”
(2013. Pg. 1)
La Unidad de Humanidades perteneciente a la
Universidad Veracruzana se encarga precisa-
mente de preparar a expertos comprometidos
con la resolución de conflictos que afectan a
nuestra sociedad, sin embargo, gracias a todas
estas ideologías se ha convertido en blanco de
diversos señalamientos negativos.
Si bien es cierto que a lo largo de su historia esta
institución ha tenido problemáticas orientadas a
cuestiones de violencia y protestas, no debería
desde mi opinión ser generalizada como el alma
mater de revueltas estudiantes descritas como
penosas y sin sentido, se les denomina despecti-
vamente como “chairos” o “incitadores de violen-
cia” a estudiantes que defienden sus ideologías y
causas sociales.
¿Es entonces la defensa de nuestras ideologías
suficiente para estereotipar a cada individuo que
comparte un gusto o creencia?
Respondiendo a esto desde una mirada antropo-
lógica, el hecho de tener una ideología, creencia,
dogma, costumbre o tradición desconocida no
nos brinda el derecho a estereotipar o crear pre-
juicios hacia una cultura distinta.
En una institución como la Universidad Veracru-
zana y en especifico La Unidad de Humanidades
constituida por más de una facultad, se tiene una
innumerable cantidad de percepciones de lo co-
rrecto, existen como en cualquier otro lugar, in-
tenciones y causas inclinadas a realizar acciones
categorizadas como buenas o malas, las accio-
nes de muchos estudiantes no son en especifico
actos condicionados o establecidos para aquellos
que están integrados únicamente a dicha instan-
cia; el defender sus ideologías los convierte en
un blanco de violencia, un ejemplo de esto, es
el caso ocurrido en 2015, donde 10 hombres ar-
mados agredieron a estudiantes de dicha Unidad,
que festejaban un cumpleaños en un domicilio
particular.
Sucesos como estos fortalecen los prejuicios, no
solamente los ya antes mencionados, además se
instaura la posibilidad de que, dentro de la uni-
dad, específicamente en la facultad de antropolo-
gía existe un huracán de violencia y crimen, cate-
gorizando como absolutamente verdaderas estas
premisas. Se dice que dicha facultad tiene proble-
mas serios con referente a la venta de alimentos
con sustancias ilícitas que ponen en riesgo no so-
lamente la salud, sino que además la seguridad e
integridad de los y las estudiantes por.
Pero… ¿qué tan ciertas son estas acusaciones?
y ¿Hasta dónde puede afectar la violencia que
nos rodea no solo como institución, sino como
sociedad?
En una entrevista realizada a la Doctora Estela
Casados González, el 11 de octubre en la facul-
tad de antropología, mencionó que en dicha insti-
tución están presentes estereotipos, que, si bien
pueden ser falsos, son problemáticas que según
estadísticas se encuentran en cualquier otra ins-
titución educativa del país de cualquier índole.
Señaló también que es importante tener presente
que las situaciones de constante violencia en la
que nos desenvolvemos penetran las universida-
des.
La Unidad se rodea por desgracia de un ambiente
de constante violencia, la cual crea a estereotipos
de todo tipo: Los alumnos, maestros, directivos
y administrativos realizan sus actividades coti-
dianas con esta normalidad de prejuicios, por lo