ⓄⓍⒺⓈ » Michael Webb: Sexo Oral Ellas a Ellos PDF/Libro | Page 31
Otra área a no pasar por alto es su clavical (clavícula). La piel es más
delgada en esa zona que en el resto de su pecho, y es muy sensible.
Pecho y pezones – Se sabe que los pezones de los hombres no son tan
sensibles como los de las mujeres, simplemente porque hay más
terminaciones nerviosas sensitivas (vinculadas con el placer o no) en el
pezón de una mujer. Eso no significa, sin embargo, que los hombres no
disfruten de que sus pezones sean lamidos, succionados y mordisqueados
antes y durante una sesión de sexo oral (la mayoría de los hombres lo
disfrutan). Si a tu pareja le gusta que lamas y succiones sus pezones (o
que los pellizques y frotes ligeramente), hazlo durante la felación. Por
supuesto que puedes utilizar esto como una técnica para calentarlo antes o
durante el sexo oral para mejorar las sensaciones de tu boca sobre su
pene. Tirar del pelo del pecho es un gran factor de excitación para muchos
muchachos con el pecho peludo.
Estómago - El abdomen inferior (cerca de la zona de la ingle) es quizás
uno de los lugares más sensibles (sin ser el pene y las estructuras
circundantes) en un hombre. Definitivamente querrás "cruzar el puente"
antes de empezar la felación; ¡él se volverá loco de deseo! El sitio más
sensible y receptivo es justo donde el muslo se une al estómago y un poco
más arriba. Si el hombre tiene un buen físico, estos lugares serán aún más
definidos. Es posible que esta área no sea tan sensible en un hombre
corpulento, pero puedes intentar lamerla y mordisquearla antes de la
felación para ver si él te da una respuesta positiva. Si lo hace, úsala con
moderación. Algunos mordiscos aquí y allá son suficientes para calentarlo.
Si te excedes, puede que el área se entumezca un poco y entonces no
será tan vertiginoso ser tocado y lamido allí. Algunos hombres son
extremadamente cosquilludos, por lo que debes utilizar caricias y no
pequeño roces ligeros. Si le haces cosquillas accidentalmente, no todo está
perdido. Sólo recuerda y recuérdale que el 90% de las ocasiones, ¡las
guerras de cosquillas acaban en sexo!