para los invitados o el propio ramo de flores.
Siguiendo esta línea nos hallamos ante el banquete. Si bien antes el glamour se encontraba en grandes salones cerrados y el exterior parecía ser una opción para los que no tenían un gran presupuesto, en la actualidad se ha invertido. Las influencers han tenido un papel importante, ya que prácticamente todas han compartido fotos en las que se ve cómo el banquete se celebra en grandes jardines decorados con una iluminación muy cuidada. La wedding planner Greta Navarro confirma esta tendencia por la cual las parejas prefieren el banquete al aire libre y no solo eso, sino que sustituyen al clásico menú tradicional
empresas como ELENA CH ofrecen un teaser a las 2 semanas de la boda de 40-60 segundos para poder postearlo en las redes sociales de la forma más rápida posible. Después, un thriller de 3-5 minutos para compartir con seres queridos. Finalmente, se hace entrega de un vídeo más largo de unos 40-50 minutos, que suele reservarse para los novios.
#NoEresMillennialSinHashtag
Otro elemento casi obligatorio en una boda joven, y como herencia de las influencers, es la creación de un hashtag en el que se unan todos los vídeos y fotografías del instante. Esta es una medida para que ellas ofrezcan contenido a los espectadores en un momento en el que no
sustituyen el clásico menú tradicional por la fusión de un cóctel y un segundo plato ya sentados. Se trataba de una opción que hasta ahora podía ser más barata, pero el aumento de la demanda y la sofisticación de esta modalidad en el último año hace que llegue, incluso, a superar el precio del menú clásico.
El vídeo protagonista de la boda
Otro sector importantísimo en el que han intervenido las influencers es en el audiovisual. Tiene un papel primordial, ya que la mayoría de ellas cuenta con un canal de Youtube en el que explican la boda con detalle o cuelgan vídeos en Instagram. Ha surgido,
un canal de Youtube en el que explican la boda con detalle o cuelgan vídeos en Instagram. Ha surgido, pues, la creación de toda una cultura marcada por una modernización y un dinamismo que no existía en las clásicas bodas de antaño. Influye tanto en la corrección de color, el tipo de la toma, el dinamismo, los momentos filmados… Los influencers se apresuran a subir en exclusiva imágenes del vestido y en menos de una semana encontramos un breve vídeo que mantenga enganchados a sus seguidores al evento ya pasado.
De esta manera, aunque hasta el momento para los followers era más importante la fotografía, el vídeo va cobrando la misma importancia y se solicitan ambos servicios, tal y como apunta Mediseño. En esta línea, empresas como ELENA CH ofrecen un teaser a las 2
espectadores en un momento en el que no pueden depender del móvil y, por otro lado, los novios “comunes” pueden guardar recuerdos más espontáneos de los propios invitados sin perderse ningún detalle. En esto son expertos Laura Escanes y Risto Mejide, quienes desde el comienzo de su relación apostaron por el hashtag #toelrrato. En el gran día prohibieron el uso de móviles a todos los invitados, excepto en un rincón en el que aparecía un sillón idéntico al del Chester (programa en el que participa Risto Mejide) y un fondo verde con el hashtag #toelrrato.
y un fondo verde con el hashtag #toelrrato.
Sin embargo hay quien apuesta por hacer uso de los shippeos, pero si no eres millennial no conocerás la palabra así que primero hay que definirla. Shippear es una palabra que hace referencia a la unión de dos personas que no son pareja, pero que se sospecha que lo son, véase el ejemplo de Amaia y Alfred (concursantes de OT) con el shippeo Almaia, quienes han dado a conocer su ruptura esta semana. Otras parejas ya reconocidas hacen uso de esto y así surge el hashtag de la boda de Chiara Ferragni: #TheFerragnez , la unión de Ferragni y Fedez (el novio).
Con este mundo “instagramer” también se ha potenciado el concepto de la boda como negocio económico, además de como una celebración del amor, puesto que la publicación de una imagen en pleno período nupcial supone una remuneración de entre 1.000 y 50.000 euros según el tipo de publicidad, el momento en el que se sube y la popularidad del influencer. ¿En