Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 403

¨El Misterio de Belicena Villca¨ está constituida la realidad. Así como hay varios “Cielos” (¿cinco? ¿siete? ¿nueve?) Hay “Reinos de la naturaleza” (¿tres? ¿cinco? ¿siete?) O “planetas” (¿cinco? ¿siete? ¿nueve? ¿doce?) O “Razas raíces” (¿tres? ¿cinco? ¿siete?) etc. Estos aspectos engañosos forman parte del Plan del Uno, y los Demonios encargados de llevar adelante dicho Plan conforman un orden jerárquico preciso, basado en la famosa “ley de evolución” que rige los Cielos – todos los Cielos, desde los atómicos, químicos, o biológicos hasta los cósmicos– en los que “evoluciona” cada mónada siguiendo los Arquetipos de cada Cielo. Es la famosa “ley de causa y efecto” que enseña la Sinarquía y que las religiones védicas de la India llaman Karma y Dharma, pero que conviene sintetizar como “ley de evolución”. Esta ley dirige el camino “de ida y vuelta de la mónada”, la cual toma varios cuerpos en los distintos Cielos a los que desciende para “evolucionar”; dicho “camino” suele ser representado como la serpiente que se muerde la cola o “uroboro”. Por supuesto que jamás se alcanza la famosa individuación monádica, pues ello sería una auténtica mutilación de la substancia del Uno y antes que tal cosa sobrevenga, ya estará todo el Universo fagocitado en Su Santo Buche. –Aquí, extrañamente, sonrió el Führer mientras me miraba intensamente. Yo me debatía interiormente frente a sentimientos encontrados. Por una parte me horrorizaba la teoría que estaba oyendo, ya conocida por haberla estudiado en el NAPOLA, pero dotada ahora de un impresionante sentido de realidad al ser expuesta vehementemente con la elocuencia irresistible del Führer. Y por otra parte me sentía halagado por el honor de recibir de labios del Führer de Alemania, una explicación personal, terriblemente extensa y curiosamente fuera de lugar en una fiesta mundana en la Cancillería. De cualquier manera, mi actitud exterior era de respetuosa atención a cada una de sus palabras, pues no quería volverme a distraer. –Supongo que ya conoce esta teoría teosófica que la Sinarquía enseña en sus sectas masónicas o rosacruces, y que se ha de sentir espantado frente a una concepción determinista en que no hay lugar previsto para la existencia individual eterna, es decir, más allá de los pralayas y manvantaras. Y justamente ese espanto, ese grito de rebelión que Ud. debe percibir brotando de su Sangre Pura, constituye una excepción a todas las reglas de la mecánica determinista de El Uno, porque habla de otra realidad ajena a Su Universo material. ¿Cómo puede ser eso si hemos dicho que todo cuanto existe en el Cosmos, ha sido pensado y hecho por El, de acuerdo a Su Plan y por intermedio de sus Jerarquías cósmicas y planetarias? Pues bien, joven Kurt, se lo diré brevemente: porque una parte de la Humanidad, que nosotros integramos, posee un elemento que no pertenece al orden material y que no puede ser determinado por la ley de Evolución del Demiurgo. Ese elemento, que se llama Espíritu o Vril, se halla presente en algunos hombres como posibilidad de eternidad. Sabemos de él por el Recuerdo de Sangre, pero en tanto no seamos capaces de liberarnos de los lazos que nos atan a la ilusoria realidad del Demiurgo y remontemos el Sendero del Regreso al Origen, no existiremos realmente como individuos Eternos. Me preguntará Ud. cómo es que en un Orden Cerrado como el que he descripto, pueden coexistir elementos espirituales ajenos a él y por qué, si no pueden ser determinados por las leyes de la materia y la energía, permanecen sujetos al Universo de El Uno. Es éste un gran Misterio. Pero puede Ud. considerar como hipótesis que, por una razón que ignoramos pero que podemos suponer sea una orden de un Ser infinitamente superior al Demiurgo, o una negligencia incomprensible, o un engaño colosal, alguna vez han ingresado al Universo material una miríada de seres pertenecientes a una Raza espiritual que llamamos hiperbórea. Supongamos que tales seres hubieran penetrado al sistema solar por una “puerta” abierta en otro planeta, por ejemplo Venus, y que aquí, merced a un ardid, una parte de sus Guías Hiperbóreos los hubiesen encadenado a la ley de evolución. Este encadenamiento, ya lo hemos dicho, no puede ser real pero, sin embargo, los Guías Traidores logran confundir a los Espíritus Eternos anclándolos a la materia. ¿Para qué hacen esto? Otro Misterio. Pero lo cierto, lo efectivo es que, a partir de la llegada de tales Guías al sistema solar, se operará una mutación colectiva en toda la Galaxia que modifica el Plan del Uno. Esta modificación está edificada en la traición de los Guías y en la caída de los seres inmortales. Para que Ud. lo vea claro, joven Kurt, le diré que aquí, en la Tierra, existía un ser humano primitivo que “evolucionaba” siguiendo las leyes de las “cadenas planetarias” y los “Reinos de la naturaleza”. Esta evolución era lentísima y perseguía la adaptación final a un Arquetipo racial absolutamente animal, dotado de una mente racional, estructurada lógicamente por las 403