Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 229
¨El Misterio de Belicena Villca¨
de la Función Guerrera, tratará de expandir los límites de su Estado. Si el Líder es un guerrero
notable, no tardará en ceñirse la corona para después, aplastando a la Función Sacerdotal,
abocarse a la tarea de organizar un Estado militar. En la mayoría de los casos el desequilibrio
de las tres funciones se realiza a costa de la Función Sacerdotal que suele ser lunar y
sinárquica. Lo importante es que el Líder, Rey o Guerrero, al aplicar la ley del cerco en su
visión de la sociedad concluye generalmente por coincidir en la idea del Imperio Universal
como la más apropiada para demostrar la superioridad de su Raza y para perpetuar el
recuerdo de su Estirpe.
El Estado universal de Accad; los Imperios de Asiria y Babilonia; el Gran Imperio Persa,
destruido por Alejandro Magno; el Imperio Romano; etc., han sido concebidos del mismo
modo: por la aplicación de la ley del Cerco, en el marco de la Estrategia Odal, que han hecho
los Líderes hiperbóreos en el curso de los milenios. No puedo dejar de mencionar que muchas
“ideas modernas” registran el mismo procedimiento en su concepción: tal las distintas
variantes del “nacionalismo”; el “fascismo”; el “falangismo”; el “nacionalsocialismo”, las
“federaciones” y “confederaciones”; etc. Estas y muchas otras teorías políticas son el producto
de la aplicación de la ley del Cerco por parte de algunos Líderes modernos. En el caso del
“fascismo”, “nacional-socialismo”, etc., es evidente que guardan un nexo bastante estrecho
con la antiquísima idea del Imperio Universal lo que explica de manera elocuente el por qué
tales ideologías han sido perseguidas hasta el aniquilamiento por el Pueblo Elegido y las
fuerzas de la Sinarquía.
Es que, justamente, la idea del “Imperio Universal”, que es hiperbórea y surge de la
aplicación de la ley del Cerco, se opone irreductiblemente a la idea de la “Sinarquía Universal”
propiciada por la Fraternidad Blanca de Chang Shambalá, y llevada adelante en favor del
Pueblo Elegido.
Me había propuesto dar un ejemplo de la enemistad irreconciliable entre el linaje herético
hiperbóreo y el linaje sagrado hebreo y ello ha quedado de manifiesto en la oposición entre
Imperio Universal y Sinarquía, es decir, entre sus respectivas concepciones ideales de la
sociedad. Munido de estas claves cualquiera puede revisar la Historia y sacar sus propias
conclusiones; no es pues necesario insistir más sobre ello.
Dije anteriormente que la “Raza Sagrada” fue creada por el Demiurgo a imitación de los
linajes hiperbóreos y mostré que “Las Tablas de la Ley”, y el terrible conocimiento con que
estaban escritas, les fueron entregadas a los hebreos a semejanza del Gral. Puedo agregar
ahora que la “imitación” no concluyó allí; por el contrario durante siglos se preparó una infernal
falsificación histórica que en los hechos venía a significar un agravio infinitamente más
ofensivo que la imitación de los linajes hiperbóreos o del Gral. Estoy hablando de la
usurpación, vulgarización y degradación perpetrada contra la figura Divina de Kristos Lúcifer.
Ya mencioné que, durante los días de mayor decadencia espiritual de la Atlántida, Kristos
Lúcifer se manifestó a la vista de los hombres dormidos. Su Presencia tuvo la virtud de
purificar y orientar a muchos hombres, quienes, gracias a este descenso a los Infiernos
realizado por el Gallardo Señor, pudieron así emprender el sendero del Regreso. Sin embargo
la reacción cobarde de los Dioses Traidores, que recurrieron al empleo de la magia negra para
impedir el rescate, condujo finalmente a una guerra sin cuartel que sólo concluyó cuando hubo
desaparecido la última Atlántida. Y aunque el continente atlante desapareció devorado por las
aguas y miles de años de barbarie y confusión estratégica borraron estos hechos de la
Historia, no es menos cierto que el drama vivido fue tan intenso que jamás se oscureció del
todo en la memoria colectiva de los linajes hiperbóreos. Por eso cuando el Demiurgo concibió
la siniestra idea de imitar, burdamente, la imagen redentora de “Kristos Lúcifer descendiendo
entre los hombres” era inexorable que tal infamia desencadenaría cambios irreversibles y
enfrentamientos definitivos.
¿Qué pretendía esta vez el Demiurgo? Aunque parezca increíble deseaba producir, a
imitación de la trasmutación hiperbórea, un salto en la Humanidad. Pero no nos asombremos
demasiado: lo que se buscaba era un salto hacia adelante, hacia el futuro, y por sobre todo,
se intentaba ceñir a los miembros de la Humanidad, sin distinción alguna por su Raza o
religión, a un “typo” psicológico universal o sea a un Arquetipo colectivo. Ese Arquetipo,
por supuesto, era el de la Raza hebrea pues lo que se quería en definitiva era judaizar a la
humanidad y prepararla para el Gobierno Mundial de la Sinarquía.
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