Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 142
¨El Misterio de Belicena Villca¨
Los Sacerdotes hebreos transportaron asimismo este Culto de la Gran Madre Rimmón
Binah a las Colonias Fenicias y dieron nombre, entre otras, a la actual Ciudad andaluza de
Granada. Los fenicios, en efecto, fundaron una factoría fortificada a la que llamaron Rimmón,
en honor al Culto practicado por sus principales clientes, sin embargo los pueblos nativos
iberos, que eran pelasgos como los etruscos, denominaban al fruto con la voz grana, que tiene
la misma raíz que la romano etrusca malum granatum, es decir, “fruto de muchos granos”. A
aquella ciudadela de comerciantes semitas, Rimmón, se la denominó localmente Granata,
Granad y Granada. En verdad, el sitio elegido por los fenicios para instalar su factoría era una
encrucijada de caminos ibéricos ya ocupada por los propios iberos y por los griegos, como
posteriormente lo sería por los túrdulos, los tartesios, y los celtas; mas, siendo el objetivo
principal el comercio, se entiende que cada pueblo fortificase su particular base urbana y
surgiesen, así, varias ciudadelas extremadamente próximas, de tal suerte que su posterior
unidad constituye la moderna ciudad de Granada. Existía, por ejemplo, frente a Granada, una
ciudad antiquísima, contemporánea de Tharsis, llamada Vira o Virya, en lengua indoeuropea,
según se pronuncie en sánscrito o iraní, y que significa Hombre Semidivino, Héroe, Hombre
que participa de la Divinidad, Guerrero Sabi , etc. Ambas ciudades, una poblada por
partidarios del Pacto de Sangre, es decir, Vira, y la otra por acérrimos defensores y
propagadores del Pacto Cultural, Granada, no podían más que vivir en permanente conflicto.
Empero, el tiempo mostraría que, por lo menos en este caso, el Dios de Granada era más
fuerte que el Dios de Vira, y Granada acabó dominando a Vira, y a las otras Ciudades, y
absorbiéndolas dentro de sus murallas. Esto lo tomaron los hebreos como signo inequívoco de
su destino mesiánico y no lo olvidarían nunca.
No se debe confundir Vira con Iliberi, Iliberri, o Elíberi, la Eliberge que mencionaba el
griego Hécato, pues eran ciudades distintas. Durante la dominación romana las ciudades aún
estaban separadas, y tal situación se mantuvo incluso con los visigodos. Los árabes, en
compensación por los favores prestados para su invasión, conceden a los hebreos el control
de la ciudad de Granada, o Garnatha de acuerdo a la nueva denominación; a partir de
entonces se referirían a ella como “el Castillo de los judíos”. Pero aún hacen más: luego de
destruir Iliberri, instalan su alquería en la Cora de Castala, Cazala o Gacela, más
comúnmente conocida como Casthilla, otra ciudad contigua, y favorecen la expansión
económica de Medinat Garnata, la “Mansión de los Judíos”. Es el fin de El-Vira, o Elvira,
cuyos habitantes deben capitular miles de años de resistencia, abandonar la colina del mismo
nombre, y mudarse a Garnata. Lo mismo ocurrirá con Medinat Alhambra y Medinat Casthilla:
todas acabarán cayendo bajo el control de “los judíos de Granada”. En el siglo XIII, cuando
ocurren los hechos narrados, sólo subsiste el Reino árabe de Granada, estando la Ciudad
compuesta por el influyente “barrio judío” situado en la primitiva ubicación del Castillo de
Granada, el barrio árabe de la Alahambra, el barrio mozárabe de Casthilla, de primigenia raíz
galorromana, y la despoblada Elvira. Por último, agregaré que si los hebreos denominan
“Rimmón” a la granada, los árabes la conocen como “Román”, lo que explica por qué durante
algún tiempo la Ciudad se llamó Hizn-Ar-Román, que significa “Castillo de Granada”. Pero, en
un idioma o en otro se comprueba que el significado del nombre no cambió en miles de años.
Es a la luz de aquella actividad misionera de los Sacerdotes hebreos, que viajaban en las
“flotas de Tharsis”, que debe observarse la fundación del Templo de Rus Baal, o de la Peña de
Baal. Los fenicios consagraban cada ciudad a Baal y designaban a Este con un Nombre
particular: así, el Baal de los sidonios se llamaba Baal-Sidón, el de los de Tiro, Baal-Tsur, y el
de los habitantes de Tharshish, Baal-Tars. De los tres Aspectos principales de Baal, esto es,
Baal Chon, el Productor, Baal Tammuz, el Conservador, y Baal Moloch, el Destructor, los
hebreos aceptaban al último como personificación de YHVH Sebaoth, el Aspecto Netsah de
“YHVH de los Ejércitos”, que conduce a la Victoria por la destrucción de los enemigos del
Pueblo Elegido o Shekhinah. El Templo de Rus Baal estaba dedicado, sin embargo, al Culto
de Baal Tammuz o Jehová Adonaí. Cuando la Casa de Tharsis se hizo cargo de aquel Señorío
ibero, ya libre de los fenicios tras sangrienta guerra, impidió que se continuara con el Culto de
Baal Tammuz-Jehová y dedicó el lugar, en un primer momento, al Culto del Fuego, y en una
segunda instancia cultural, al Culto del Fuego Frío.
Luego de la invasión de Amílcar Barca, y de la destrucción del Imperio tartesio, los Golen
establecieron el Culto a Baal Moloch en Rus Baal, hasta la reconquista romana. Fueron éstos,
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