MIEDO
LA OSCURIDAD
LO DESCONOCIDO
FOBIAS/ANIMALES
CUENTOS
Cuento de espanto:
La última prueba
No sé cómo tuve fuerzas para arrastrar el cuerpo y
cubrir el agujero, Nadia pesaba más de lo que su
poca estatura y su delgadez hacían pensar, o quizás
era yo, que a estas alturas estaba al borde del
agotamiento. Aun así pude hacer el trabajo
medianamente bien y hasta pensé clavar una cruz
con su nombre sobre el montón de tierra que ahora
era su tumba, al fin y al cabo ella se había portado muy bien conmigo
y hasta se puede decir que en algún momento habíamos sido casi
amigas.
No sentí remordimientos, ella habría hecho lo mismo, eran las reglas.
Me esperaba la fama y un millón de euros.