La explotación y el consumo desmedido para satisfacer las necesidades materiales humanas, han alterado la estabilidad del medio ambiente; los efectos de dicha alteración han contribuido al deterioro paulatino de la naturaleza, dando lugar a fenómenos tan preocupantes como el calentamiento global y la contaminación, asociados a catástrofes naturales que no tienen fronteras. La preservación del equilibrio ecológico se convierte en una misión que nos involucra a todos. Las empresas son actores fundamentales para la consecución de esta meta, de esta manera ha cobrado importancia la generación de acciones y herramientas de gestión innovadoras que concilian el desarrollo económico con la protección y conservación del medio ambiente, contribuyendo al desarrollo sostenible, entendido éste como un modelo que busca suplir las necesidades del presente sin afectar las necesidades del futuro. Es así como las empresas y organizaciones han involucrado dentro de sus procesos mecanismos organizacionales enfocados a la prevención, protección y mejora del capital ambiental, dando origen a los sistemas de gestión ambiental. Los procedimientos desarrollados a través de la gestión ambiental comprenden, la evaluación del impactos ambientales, los programas de monitoreo ambiental, auditoría ambiental, análisis de riesgos, programas de recuperación ambiental, programas de medidas de emergencia, programas de comunicación. Todos estos enfocados en temáticas como el cumplimiento de las normas de índole ambiental, la protección y preservación de los recursos naturales, las emisiones contaminantes hacia la atmósfera, el cuidado del agua, el suelo y los niveles de ruido. Existen herramientas como la ISO 14001 de la Oficina de Estandarización Internacional, que determina cómo implementar un sistema de gestión medioambiental conveniente. La norma contempla que cualquier organización, sin importar cual sea su actividad, puede adaptar una gestión ambiental responsable basada en el cumplimiento legislativo del país donde se encuentre. El uso debido de estas nuevas tecnologías pro-medio ambiente, aumenta la competitividad y la innovación, abriendo paso a nuevos mercados que actualmente tienden a restringir productos que no contribuyan al cuidado del medio ambiente, generando confianza ante instituciones financieras e inversionistas, reducción de los riesgos de los residuos tóxicos, reducciones arancelarias y fiscales, y mejoría en la relación con las comunidades. El cuidado y la preservación del medio ambiente no da espera, es hora de trabajar en conjunto para construir un mejor futuro para las generaciones venideras, implementar una gestión ambiental es uno de los pasos para lograr el desarrollo sostenible.