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Teatro Chino
El teatro chino, que se originó mucho antes de la época de Esquilo y Sófocles, alcanzó su máximo desarrollo hacia el final de la Edad Media. Aún más que en la India, el teatro chino debe su fascinación a la manera de representarlo que al mérito literario de los libretos, ya que documentos hallados entorno al año 2.000 a.c. informa que las funciones del actor tienen un estrecha relación con la de los chamanes que tenían la función de unir al hombre con el mundo espiritual y el más allá, con su canto sus gestos y movimientos. Han sido encontradas ciertas tendencias de la dramaturgia, donde el chamán declama o canta ejecutando al mismo tiempo su danza de movimientos y gestos, dando paso a alguna forma de interpretación con acompañamiento musical, máscaras y objetos más o menos simbólicos. El teatro chino se asemeja más a la danza y a la música que al drama o al cine realistas.
En cuanto a la duración de las obras, éstas suelen ser muy largas, el público combina la atención de los actores con la conversación, el té, y los pensamientos agradables. Es decir, la obra es sólo una parte del ambiente total y el auditorio presta atención con un poco más de sentido de responsabilidad.
El vestuario es bastante invariable, además de caros y lujosos. Se le da mucha importancia a las máscaras y al maquillaje que proporciona una imaginación ilimitada. El teatro chino es muy simbólico y continuamente se quiere resaltar la extravagancia de la escenificación.