Pero la Juve es una roca. Se repuso y respondió de la mano de Mandzukic que se sacó de la chistera una bolea de espaldas que pilló a Keylor descolocado, el único error del costarricense en todo el partido que salvó a los blancos cada vez que los juventinos se acercaron al área blanca. Descanso y tablas en el marcador y con las espadas en alto para la segunda parte.
Una segunda parte en la que el Real Madrid salió fresco, con las ideas claras y reactivados con la típica charla de Zidane. Un Madrid que se estiró y que tras unos momentos de tanteo con la Juve creció de la mano de Isco, Modric y un Casemiro que reventó la red de la portería en un segundo gol desde 40 metros que dejó a Buffon y a los italianos sin respuesta. Unas dudas en las que el Madrid olió la sangre y en la que Cristiano puso su nombre en la historia con un doblete. Duodécima Champions. Cristiano y el Madrid son leyenda...
"Quizás me odian porque soy muy bueno"