De manera general, podemos hacernos una idea de que solamente el agua dulce, es la que utilizamos para llevar a cabo las diferentes actividades que realizamos a lo largo de nuestros días. Por lo tanto, tomemos conciencia de que el agua es un recurso relativamente escaso, pero muy necesario.
En nuestro entorno más cercano, podemos distinguir, dentro del agua dulce, otros tipos de agua:
La dureza del agua es la concentración de compuestos minerales que hay en una determinada cantidad de agua, en particular sales de magnesio y calcio. El agua dura es cualquier agua que contiene una cantidad apreciable de minerales disueltos. El agua blanda se trata de agua en la que el único mineral que contiene es el sodio. Los minerales en el agua le dan a esta un sabor característico.
Algunas aguas duras, también conocidas como aguas minerales naturales son muy codiciadas por su sabor y por los beneficios para la salud que puedan tener. Se encuentran en áreas arcillosas, y el agua muy dura se encuentra en áreas calizas. En cambio, el agua blanda puede tener un sabor salado y no suele ser adecuada para beber. Este agua blanda coincide con materiales silíceos.