Mi primera revista ANAQUEL.29.JUNIO.2020.B | Page 26

G. M.: DESESPERACIÓN Y EQUÍVOCO
B
illy se sentía feliz y contento desde el primer momento que se ca-
sa con Nena. Su sueño se había realizado; tenía su coche y podía
disfrutar de lo que sus padres habían dispuesto para él. Pero Billy te-
nía un componente egoísta y despreocupado en su carácter. Nunca le
importó demasiado cómo se encontraba su joven esposa o cómo se
sentía. En realidad, el chico se comportaba como un niño que lo tiene
todo en el mundo, menos el amor de su padre, que le obsequiaba con
regalos caros para compensar su ausencia. Sus gustos eran exquisitos
pues provenía de una buena familia. El comportamiento era bastante
altanero y egoísta
Yo pienso que la relación entre ambos era inmadura y no previeron las
consecuencias. Más bien parecía un amor desenfrenado. Tampoco los fami-
liares que estaban alrededor parecían notarlo. En realidad tenían un carácter
muy diferente; tan solo el pertenecer a dos familias influyentes. Él era egoís-
ta y machista, mientras que ella era lo contrario: bondadosa y atenta.
Las cosas hubieran podido transcurrir de otra manera si él no fuera tan
egoísta y tan obsesionado con el capricho del coche.
Yo atribuyo a Billy casi toda la culpa del final tan trágico. Era un inmaduro y
no estaba acostumbrado a desenvolverse en el mundo al margen de sus pa-
dres y su entorno inmediato. Creo que él podría haberse dedicado más a su
mujer y podría haber sido más atento a su sensibilidad y sentido común.
Yo hubiera propuesto un final muy diferente al que nos propone García Már-
quez: "Viendo que su esposa tiene que apartarse de él, una vez que el médico
la ausculta, Billy se da cuenta de lo importante que es Nena en su vida. Reca-
pacita y entiende que puede ser esta la última vez que vea a su esposa con vi-
da.
Saliendo del hospital, se sienta en un banco y reflexiona acerca de todos los
errores que ha cometido en todo el trayecto. Se dice y se maldice a sí mismo
por lo tonto de no haberse detenido en algún sitio y haber tratado de tratar la
hemorragia cuando aún se podía hacer.
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