Mi primera revista ANAQUEL.29.JUNIO.2020.B | Page 15
G. M.: DESESPERACIÓN Y EQUÍVOCO
la otra persona ya no te gusta físicamente y psíquica-
mente; ya no te gusta su forma de ser. Puedes conocer a
otra persona que te atraiga y te guste más, o porque simplemente se acabó.
En la vida a veces ocurren cosas que no encuentras el porqué; simplemente
suceden.
La actitud de Saturno siempre me ha parecido la actitud de un cobarde, con-
formista y egoísta. No tuvo la valentía, ni le importó saber el cómo y por qué
ella había llegado a ese lugar. No hizo justicia con el maltrato que ella sufrió.
Nunca creyó lo que le decía su angustiada mujer; no la creía; le cegaron los
malditos celos; creyó más al médico que a su propia esposa.
Creo que María nunca debió confiar en desconocidos. En segundo lugar, los
dos personajes que la recogieron en la carretera y la dejaron tirada en aquel
horrible lugar, fueron dos actores principales en esa inmensa tragedia perso-
nal que sufre esa chica.
El final es el que es, pero yo puedo imaginarme otra situación y otro desenla-
ce. En primer lugar, Saturno tenía que haber cogido a su chica, sacarla de ese
infierno, llevársela a casa, escuchar toda su historia y cuidarla. Tendría que
haberle dado mucho amor y "mimos" para que ella se sintiera mejor y, así,
podría intentar rehacer su pobre y maltrecha vida, después de esa pesadilla.
En definitiva, pienso que Saturno debería haber creído a María, desde el pri-
mer minuto. Nunca tendría que haber dado esa confianza al médico, ni mu-
cho menos dar crédito a los prejuicios en torno a su esposa. Lo que uno hace
cuando quieres a una persona es ayudarla en lo que pueda para que supere
cualquier obstáculo que se interponga en la vida.
Por último, ¿qué hacer en una situación de este tipo? Pues lo que hay que ha-
cer siempre cuando se detecta un delito o una circunstancia anómala o de
acoso: ir a la policía y denunciar lo que esas malas personas estaban hacien-
do a esas pobres enfermas.
Carolina Taveraz
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