Mi primera revista ANAQUEL.28.ABRIL.2020 | Page 83

CÓMO HEMOS CAMBIADO
E
n el supermercado Carrefour, el reponedor coloca en el estante la última re-
mesa de mascarillas que le han enviado. Hay un gran revuelo de personas,
que intentan hacerse con una de ellas. Abundan los empujones, apreturas y piso-
tones. Un señor que ve la escena comenta en voz alta el hecho de que la gente esté
contactando entre sí, sin guardar la distancia, y todo para conseguir un elemento
de seguridad. Nadie hace caso; las mascarillas pasan de manos rápidamente y a
duras penas los clientes consiguen salir del lugar. Queda una última mascarilla;
está un chico joven y una señora, que agarran la mascarilla cada uno por su lado y
forcejeando. En esto, el chico realiza un giro brusco y se queda en la mano con la
goma de sujetar a la cabeza. La señora se queda blanca; primero empieza a gemir
y luego a gritar.
Al ver el alboroto otro reponedor se acerca hacía ellos y le pregunta a la señora
que qué ocurría. Ella contó una versión algo distorsionada a la realidad; le contó
que ella había cogido la ultima mascarilla, pero que de repente este chico se acer-
co bruscamente hacia ella y se la arrebató con tanta fuerza que casi cae al suelo.
El joven protesta y niega esa historia. Le cuenta la verdad al reponedor pero este
no le cree y le dice que la prioridad aquí la tienen las personas mayores. Pero el
joven insiste y van a revisar las cámaras, el reponedor se dio cuenta de que el chi-
co no mentía. Pero qué podía hacer si la única mascarilla que queda está rota y
ambos clientes exigen una.
Llega otro empleado y pregunta qué sucede. Su compañero le comenta el proble-
ma en privado. El caso es que, a parte de ellos dos, hay muchos más clientes que
reclaman la mascarilla. Mientras discutían, llega un tercer empleado con varias
cajas. En ellas está el material sanitario recién llegado. Los reponedores se alivian,
aunque son consientes de que pronto se acabarán. Para zanjar el asunto le dan
una mascarilla a la señora y otra al chico. Finalmente salen de la sala para empe-
zar su compra.
Ainhoa Marcos
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