Mi primera revista ANAQUEL.22.DIC.2018.PDF | Page 84
ENCUENTRO CON NARRADORES
A la mañana siguiente emprendimos el viaje. Tras largas horas de coche,
y cuando llevábamos una hora y media de camino, nos dimos cuenta de que fal-
taba mi hermano. Pero, bueno, nosotros decimos seguir.
Una vez que llegamos al hotel, fuimos a ver las habitaciones y después
subíamos las maletas. Y entre maleta y maleta estaba mi hermano, que nos ex-
plicó que le habíamos guardado en el maletero por la noche y
como estaba muy cansado decidió no decir nada. Después de
ese momento, mi madre nos obligó a cambiarnos y a ir a la
playa pero nosotros queríamos ir a la piscina del hotel porque
tenía toboganes y chorros de masaje. Finalmente, tras mucho
insistir a mi madre, acabamos de camino a la playa, pero nos
prometió que al día siguiente nos dejaría estar en la piscina.
Tras volver de la playa, decidimos cenar en el propio
hotel. Y después había unas actividades para los niños, que a
mi hermano le parecían de niño pequeño, con lo cual ambos
nos fuimos a la zona de videojuegos que descubrimos porque
se lo oímos a otro niño. Estuvimos ahí hasta que nos sacaron
por lo tarde que era, pero rápidamente nos enteramos a qué
hora abrían. Ese sitio era el mejor del mundo; nos encantaba
porque en casa no nos dejan tener esas máquinas. Pero el hotel
Con mis
no es la casa, así que podíamos jugar. Finalmente todos los
días fueron iguales; todo el día en la playa. Luego por la noche, la cena y des-
pués el momento más divertido: las máquinas.
Después de acabar las vacaciones volvimos a casa, y una vez en nuestro
hogar recibimos una llamada. Era de la recepción del hotel. Nos habíamos deja-
do a mi hermano en la sala de las máquinas.
Jesús Meñaca
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