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LA CUESTIÓN PALPITANTE
Estas cifras estimativas han de tomarse en función de la valo-
ración económica que aporta la naturaleza. Los montes favorecen la
depuración de las aguas y el aire y consiguen fijar los suelos y el
manto biológico que recubre la foresta. Pero es obvio que estos
cálculos no incluyen otros valores como la pérdida de vidas huma-
nas, el daño psicológico de las personas directamente afectadas, o el
valor ecológico que tiene el paisaje y la biodiversidad que encierra.
Finalmente, también debemos recordar que la repercusión
económica en algunos factores productivos
es más que evidente. Las personas que viven
de la explotación del bosque ya no pueden
hacerlo en las mismas condiciones. No ha-
blemos del sector económico esencial y clave
en el sistema productivo español: el turismo.
Para concluir, no está de más recordar una
frase que puede reunir todo lo que llevamos
dicho: “Si el suelo queda arruinado, se pier-
de la calidad del hábitat, desaparecen la flora
y la fauna, y es preciso invertir mucho tiem-
po para recuperarlo”.
Erika Pérez
© Planet Wissen
N
* * *
o podemos olvidar que el cambio cli-
mático y la sequía cambian todo el
ecosistema de su lugar, por lo que genera que la flora y fauna acusen
severos cambios. Las zonas áridas propician que desaparezcan espe-
cies de animales y plantas, y surjan otras que tienen que habituarse
al nuevo hábitat.
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