Según el Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (ICFES, 2019), el razonamiento cuantitativo se define como el conjunto de elementos de las matemáticas que permite a un ciudadano tomar parte activa e informada en el contexto social, cultural, político, administrativo, económico, educativo y laboral. Se ha detectado que los estudiantes universitarios presentan dificultades cuando se requiere dar solución a problemas que implican competencias propias del razonamiento cuantitativo; en correspondencia también hay inconvenientes en la comprensión de los contenidos, un marcado desinterés en el estudio de asignaturas asociadas a estas competencias y, en ocasiones, los estudiantes no encuentran aplicabilidad de las temáticas en la cotidianidad.
Lo anterior, trae entre otros efectos adversos, dificultades por parte de los docentes para promover de manera dinámica un contexto en el que el alumno pueda adquirir conocimientos e incorporar aprendizajes significativos. Si esto se superara, las cifras de deserción en la educación superior, particularmente en programas con contenidos matemáticos de base, disminuirían.
La interpretación de ejercicios comprendidos por razonamientos cuantitativos y cualitativos tiene, permanentemente, la posibilidad de vinculación con diversos problemas de la vida cotidiana. En el contexto del aprendizaje, es la oportunidad para que los docentes identifiquen los estilos que los estudiantes presentan en el momento de responder ante estos cuestionamientos y detectar los posibles errores que pueden generar confusión en la información analizada. Se pretende que los estudiantes vean el razonamiento cuantitativo como una competencia necesaria en su vida diaria a través del uso lúdico de herramientas que promuevan el razonamiento lógico para toma de decisiones y resolución de problemas.
De acuerdo con el autor Piaget (1998), los efectos de los procesos ludo-pedagógicos ayudan a construir una amplia red de herramientas que ratifican en el estudiante la
asimilación total de la realidad, incorporándola para re experimentarla, dominarla y comprenderla. Otras de las grandes ventajas de la utilización de actividades lúdicas dentro del aula es que pueden adaptarse a los contenidos que se quieran trabajar, ahondando en el nivel de aprendizaje de los alumnos a quien vaya dirigidos.
En febrero de 2010, Aguayo Daniel, propuso la creación de herramientas didácticas en el aula de clase, particularmente en cursos con contenido lógico matemático, que permitieran al estudiante encontrar
La interpretación de ejercicios comprendidos por razonamientos cuantitativos y cualitativos tiene, permanentemente, la posibilidad de vinculación con diversos problemas de la vida cotidiana".
aplicabilidad de la asignatura en los diferentes contextos de la vida, en tanto que no es experimental la enseñanza, lo cual dificulta la comprensión de las temáticas. Según Aguayo, la experiencia que vive el estudiante con la práctica desarrolla competencias en él, tanto genéricas como disciplinares, que potencializan el desarrollo personal y la preparación académica integral.
Los beneficios de las actividades lúdicas usadas en el aula para el desarrollo del progreso de enseñanza-aprendizaje del razonamiento cuantitativo son un buen recurso para que los estudiantes mejoren sus capacidades derivadas al comportamiento lógico-matemático. Desde el punto de vista metodológico, una lúdica puede servir para interactuar con un tema, ayudar a comprender los conceptos o procesos y reforzar los ya adquiridos; sirve también como destreza en alguna competencia, así como para descubrir la