Mi primera publicacion TAPA PRENSA RURAL Nº 170 | Page 16

POR LOS SENDEROS
DE LA
MÚSICA
SEMANA DEL 23 AL 29 DE J U N IO DE 2019 • CIRCULACIÓN NACIONAL
BIOGRAFÍAS ENTRE ACORDES
C
X – Carlos Gardel, “El zorzal
criollo”
arlos Gardel fue cantante, compositor
y actor de cine. Nació en Toulouse,
Francia, el 11 de diciembre de 1890.
Es el más importante representante
del género en la historia del tango, esto se pue-
de afi rmar por tratarse del gran impulsor del lla-
mado “tango canción”, por la cantidad de discos
vendidos (inédita para su época) como cantan-
te y como compositor, por sus numerosas pelí-
culas relacionadas al “sentimiento triste que se
baila” y por su repercusión mundial.
Su nombre es Charles Romuald Gardès,
hijo de padre desconocido y de su madre, Ber-
the Gardes (1865-1943), quien lo llevó a la Ar-
gentina cuando tenía dos años y tres meses de
edad. En ese país, ya hacia 1912 sería conoci-
do con el nombre que lo inmortalizó. “Carlitos”
comenzó su carrera cantando en bares y fi estas
y en 1913 formó un reconocido dúo con José
Razzano que duraría hasta 1925, interpretando
con su voz una amplia variedad de canciones
populares y haciéndose conocido como “El Mo-
rocho del Abasto”.
En 1917 grabó “Mi Noche Triste”, que fue
todo un éxito y vendió 100 mil copias. Gardel
hizo giras por Argentina, Uruguay, Chile, Bra-
sil, Puerto Rico, Venezuela, Colombia y en ciu-
dades como Madrid, Barcelona, París y Nueva
York. Durante los primeros tres meses de su vi-
sita de 1928 a París, “la Ciudad Luz”, se vendie-
ron 70 mil copias de sus discos.
En su corta vida, Gardel registró un total
de 950 canciones, la mayoría con acompaña-
miento de guitarras y en los últimos años con
la orquesta de Terig Tucci, un destacado mú-
sico argentino, compositor, director de orques-
ta, arreglador, violinista y pianista mundial-
mente conocido por haber sido el director de
la orquesta que lo acompañó en las películas
“Cuesta abajo”, “El tango en Broadway”, “El día
que me quieras”, “Tango bar” y “Cazadores de
estrellas”, fi lmada en Estados Unidos.
La enorme popularidad de Gardel como in-
térprete de las baladas melancólicas del tango
fue confi rmada en los años ‘20 y ‘30 en clubes
nocturnos y películas. Las actuaciones en la ra-
dio y la carrera fílmica ampliaron esa atracción,
como consecuencia en 1934 la empresa Para-
mount le pagó 120.000 dólares para la realiza-
ción de las primeras cuatro películas ya men-
cionadas, en las que cantó los “exitazos” “Mi
Buenos Aires querido”, “El día que me quieras”,
“Volver”, “Sus ojos se cerraron”, “Cuesta abajo”,
“Tomo y obligo” y “Amores de estudiante”.
Gardel se encontraba en lo mejor de su carre-
ra y millones de sus admiradores lo llorarían poco
tiempo después, pero “El zorzal criollo” ya se ha-
bía ganada la gloria. Entre tantos elogios, popular-
mente la gente dice que “Gardel cada día canta
mejor” y un verso de su tango “Volver” se convirtió
en un refrán famoso en toda América Latina: “Vein-
te años no es nada”. En la película donde canta
“Cuesta abajo”, la gente aplaudía y tenían que pa-
rar y retroceder la película para volver a oírla.
En abril de 1935 emprende su fatídica gira.
Tenía programado ir por Puerto Rico, Venezue-
la, Aruba, Curaçao, Colombia, Panamá, Cuba y
México, pero el destino se lo impidió. El 24 de
junio de 1935 Carlos Gardel, junto con Alfredo
Le Pera y algunos de sus músicos, entre ellos el
“Indio” Aguilar, falleció en el choque de dos ae-
roplanos a punto de despegar sobre la pista del
aeropuerto Enrique Olaya Herrera de la ciudad
de Medellín, Colombia, y todo pareció silenciar-
se. Está enterrado en el cementerio de la Cha-
carita, Buenos Aires. Gardel no sólo grabó tan-
gos, también música folclórica como milongas,
zambas, rancheras, tonadas y estilos, además
de algunos fox-trots en inglés y canciones tradi-
cionales en francés e italiano.
El tango “Adiós muchachos”
Una noche de 1927, un grupo de amigos es-
taba en una calle del barrio de Flores y uno de
los jóvenes se despidió con dos palabras: “Adiós
muchachos”, lo cual le dio a Julio César Sanders,
que estaba presente, la punta de la melodía que
luego desarrolló como pianista su amigo César
Vedani, adoptando una letra a la música.
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