La ventaja principal de las centrales nucleares es su alta rentabilidad en la producción de energía, gran potencia y rendimiento. Además no emiten CO2 ni otros gases contaminantes a la atmósfera, exceptuando el vapor de agua.
Sus inconvenientes son el peligro de catástrofe nuclear, los altos costes en las construcciones y medidas de seguridad y la gestión y almacenamiento de los residuos radiactivos. Algunos de dichos residuos son potencialmente peligrosos durante miles de años, pues durante todo ese tiempo conservan su actividad radiactiva. Estos se guardan en bidones de gruesas paredes, fabricados con materiales que no dejan escapar la radiación nuclear, que se almacenan en cementerios nucleares, bajo la superficie terrestre, en zonas geológicamente estables.