HAY UNA TRISTEZA
Hay una tristeza que traigo de
niño, se alimenta de la ceniza
de mis huesos de los vestigios
de mi voz a los cinco años
que aún dice de ausencias
dentro de mí.
En los días desolados en los
que escribo, escuchando las
voces de mis bisabuelos en las
mañanas, me lleva de nuevo a
la brisa de un río amanecido
que baja de la Sierra de
Santa Marta y trae el aroma
enverdecido de la tierra pura y
sana que aún se duerme en
las montañas de Colombia.
VI festival de poesía de Fusagasugá
2019