Mi primera publicacion REVISTA SENTIDOS | Page 9

SENTIDOS Había una vez un huerto lleno de hortali- zas, árboles frutales y toda clase de plan- tas. Como todos los huertos, era fresco y agradable. Por eso daba gusto sentarse a la sombra de cualquier árbol a contemplar todo aquel verdor y escuchar el canto de los pájaros. Un buen día, empezaron a crecer unas cebollas especiales. Cada una tenía un color diferente: rojo, amarillo, azul, verde… El caso es que los colores eran tan deslum- brantes que a todos llamaban la atención y quisieron saber la causa de tan misterioso resplandor. Después de grandes investigaciones lograron descubrir que cada cebolla tenía dentro, en el mismo corazón, una piedra preciosa. Poco a poco fueron convirtiéndose en unas cebollas comunes, sin ese encanto especial que tenían. Un día pasó por allí una niña que gustaba sentarse a la sombra del huerto. Su inocen- cia le permitía descubrir lo que había en lo profundo de las cebollas y entender su len- guaje. Comenzó a preguntarle a cada una: - ¿Por qué no eres por fuera como eres por dentro? Y ellas iban diciendo: - Me obligaron a ser así. - Me fueron poniendo capas. - Yo misma me puse algunas capas para ocultar mi piedra preciosa. Una tenía una esmeralda, la otra un rubí, la Ante esas respuestas, la niña entristeció y otra un topacio, y así sucesivamente. comenzó a llorar. ¡Una verdadera maravilla! Desde entonces todo el mundo llora cuando Pero, por alguna razón incomprensible, una cebolla nos abre el corazón… aquello se vio como algo peligroso e into- lerable. Total, que las bellísimas cebollas En el camino del descubrimiento personal pode- tuvieron que empezar a esconder su ínti- mos ir retirando las capas que cubren nuestro ma piedra preciosa. Pusieron capas y más auténtico ser. capas, para cubrirla, para disimular cómo eran por dentro. Algunas cebollas llegaron a tener tantas capas que ya no se acordaban de lo hermo- so que ocultaban debajo. Algunas tampoco recordaban por qué se habían puesto las primeras capas. Fuente: “El pescador de mentes” de Christian de Selys. 09.