Mi primera publicacion Revista Mujer Country Digital 2019 | Page 36
Trabajo a full
Momento de editar (izquierda).
Con Julieta Díaz con quien luego de tanto
rodar, ya son como hermanos (abajo).
como si vos vas en bicicleta y yo te pregun-
to cómo hacés equilibrio... Te vas a caer. No
quiero racionalizarlo, no quiero ni pensar-
lo. La inspiración viene y hay momentos en
los que no tanto. Creo que hay asistentes o
musas que a veces me hablan y a veces se
van tomando vacaciones. Pero están ahí.
–Yo creo que abona un poco más a toda
la movida que hay a nivel mundial sobre
este tema. El cine genera empatía, por los
personajes, con los actores y la informa-
ción no entra tan dura como entra por
ejemplo a través del periodismo o de al-
guien proclamando una idea, sino que lo
hace de una manera divertida, entreteni-
da, romántica, emocional. Utilizo mucho
esos elementos en mi cine para despertar
sobre determinados temas.
–En esto de criar hijos de manera
responsable, ¿cómo sos?
–Abono a la libertad individual. Así crío
a mis hijos, con total libertad de elección
en cualquier aspecto. Solamente interven-
go cuando los veo en riesgo de dañarse a
ellos o porque pueden dañar a otros. Creo
que cada uno es libre de vivir como quiera
o como pueda. Pero sin molestar ni obsta-
culizar a los otros.
–¿Te encasillás o te encasillan en
este tipo de comedia?
–No me encasillo a mí mismo, aunque
los productores capaz un poco sí me enca-
sillan con que hago comedia. No creo que
hago comedia, porque mis películas no son
de gags ni son hilarantes. Diría que hago
comedias dramáticas, donde transitan los
temas con mucha verdad y si hay que po-
nerse tristes nos ponemos tristes. Trato de
filmar la vida como es, de la manera más di-
gerible posible, simpática, pero cuando hay
que entrarle al corazón le entro.
–¿Qué hacés cuando no rodás?
–Empiezo a escribir otra película. Es que
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no puedo hacer otra cosa. No puedo. No
puedo. Fui a ver la película de Almodvar
el otro día (Dolor y gloria) y me sentí muy
identificado con el personaje que hace An-
tonio Banderas, que es un director de cine
y siente que si no filma no es. Yo me pierdo.
No sé qué haría si no estoy escribiendo o
filmando. Espero poder filmar hasta el final
de mi vida y morirme en un set. Mi deseo
más grande es ese. Yo fui muy amigo de
China Zorrilla y yo la veía a ella con no-
venta y pico de años, que ya no podía casi
caminar y entonces leía sentada arriba del
escenario, sin bajarse. Y se murió así, a diez
minutos de bajarse del escenario.
–¿De dónde sacás la inspiración a
la hora de escribir?
–No tengo la menor idea. Desde esa in-
fancia tipo Cinema Paradiso, ya producien-
do, escribiendo, actuando, dirigiendo intui-
tivamente, sigo con la inercia. Nunca paré.
Ese niño está intacto en mí. Ni quiero saber
de dónde viene esa inspiración. Porque es
–¿Cómo ves al cine argentino en
la actualidad?
–Me parece que estamos pasando una
gran etapa, de muchas ideas, de muchos
artistas, a diferencia de muchos lugares del
mundo donde carecen las ideas, acá hay
muchas. Se están vendiendo muchos guio-
nes afuera, yo vendí muchos para que se
hagan remakes. Creo que necesitamos una
política de apoyo más afinada por parte del
INCAA para reordenar un poco eso. Pero
en creatividad y profesionalismo estamos
muy bien. Empecé en una época en la que
el cine argentino era una mala palabra y la
gente tenía una percepción, con justicia, de
que si era argentina era aburrida. Y que se
hizo un cine de poca calidad o muy preten-
cioso. Queríamos ser como franceses pero
no lo éramos. Después vino una generación
que reconquistó a ese público y ahora cada
vez que se estrena una de las películas gran-
des, ranquea entre las primeras.
–¿Cuál de todos estos temas
universales que hablamos es el que
más te sacude en lo personal?
–Creo que el contacto humano. Sien-
to que lo estamos perdiendo. Siento que
con el advenimiento de tanta tecnología y
de tantas alternativas para comunicarnos,
nos estamos incomunicando. A nivel físi-
co me refiero. Nos estamos distanciando.
Y a veces fantaseo con hacer una película
que, así como hay terapias o seminarios de
silencio, sea sobre terapias de encontrarse
con otros seres humanos a hablar. Creo que
en el fututo nos va a costar mucho pregun-
tarle cómo está a otra persona. Siento que
vamos a tener que reaprender eso.
Texto: Paula Bistagnino.