Armando Solís
Su biografía contempla tres capítulos que le han marcado: su infancia, su adolescencia y su madurez.“ Sobre estas tres fases podría describir mi personalidad y el Solís que conocen hoy por hoy. Mi infancia es la base de lo que será el futuro de uno, por eso me gusta recordarla. Desde niño, como todo artista, me gustaba pintar; a mi madre le quitaba carbón y empezada a dibujar en el suelo, a la edad de seis años. En ese período, en primaria, una profesora me extendió la mano, quien viendo mi vocación de pintor me matriculó en artes gráficas” afirma el mismo Armando Solís.
De la adolescencia, este artista recuerda haber conocido al famoso pintor chileno Luis Vergara Humada, quien fue su primer empleador y le confió asistirle en el taller que tenía en el centro de San Salvador, donde trabajó como retratista y con lo que empezó a ganarse la vida. Finalmente, su fase actual, la de pintor experimentado, lleva ya décadas, en las que ha logrado proyección nacional e internacional.
Cursó la carrera de Bellas Artes y donde sus técnicas fueron perfeccionándose y logró desarrollarse, con lo que se formó más, destacó de su grupo y mejoró su propuesta artística.
Desde 1997, Armando Solís dirige su propia Escuela de Arte y Galería, como una necesidad que tenía este maestro del arte de formar y enseñar en esta rama a personas de todas las edades, naciones y profesiones.
“ No es preciso que hagan o sean igual que yo, porque cada uno va forjando su vida independientemente. Uno puede ser un ejemplo, pero jamás igualar o imitar’’.