EDITORIAL
Continuidad y Cambio
Si existe una característica que define a la sociedad
en que vivimos actualmente, es sin lugar a dudas
el concepto de cambio, el cual puede aplicarse
a un sinnúmero de aspectos. La dinámica del
mundo globalizado ha dado lugar a profundas
transformaciones culturales, donde el hombre ha
llegado incluso a replantearse el concepto que tenía
de sí mismo. Esto se ve reflejado en el surgimiento
de nuevas estructuras sociales y una vertiginosa
evolución e interacción de la ciencia y la técnica.
En este complejo escenario, la profesión militar del
siglo XXI encierra un profundo desafío, pues su vida
transcurre entre dos cosmovisiones que si bien son
contrapuestas, no pueden disociarse; de hecho, se
retroalimentan en forma permanente: continuidad y
cambio.
Normalmente el concepto de cambio suele entenderse
en términos de evolución. Si consideramos por válida
ésta premisa, hablaremos de adelantos tecnológicos:
unidades, armamentos y equipos los cuales deben ser
cada vez más sofisticados, acordes a los desafíos que los escenarios de la guerra moderna nos
exigen. Como contrapartida, la idea de continuidad plantea un vínculo indisoluble con los valores
y tradiciones que constituyen los cimientos de una Nación y que son base de su identidad. Y en
este sentido estricto, la continuidad se impone al cambio.
Durante más de dos siglos la Armada Argentina ha atravesado etapas de abundancia y de
austeridad. Los sucesivos gobiernos proyectaron y desarrollaron nuevos medios en función
de las hipótesis de conflicto y objetivos impuestos a las Fuerzas Armadas; se incorporaron,
modificaron y radiaron buques, tanques y aeronaves.
Pero sin lugar a dudas, el mayor legado del almirante Guillermo Brown y los hombres que nos
precedieron han sido dos principios que nos han caracterizado a lo largo de toda nuestra: sacrificio
y compromiso. La vida de aquellos que eligen la profesión de las armas no puede entenderse sin
ellos y constituyen el lazo indisoluble entre el pasado, presente y futuro. Establecen el deber
ser y renuevan en forma permanente el compromiso sagrado e irrenunciable que asumimos con
la Nación.
La Escuela de Oficiales ofrece a sus alumnos las herramientas necesarias para desarrollar sus
capacidades técnicas, logísticas y tácticas, brindándole capacitación y actualización profesional
permanente. Los conocimientos teóricos de los que se nutren en nuestras aulas les permitirán
afrontar los desafíos tecnológicos. Sin embargo, la erudición científica resulta estéril en el
ejercicio del mando si se la disocia del concepto con que hemos identificado a la continuidad. En
ese sentido, la experiencia profesional que nuestro claustro docente proyecta en ellos resulta
fundamental.
Continuidad y cambio se entrelazan permanentemente en nuestras decisiones. Ambas son
necesarias para el cumplimiento de nuestra misión. Es nuestra forma de honrar el trabajo de
quienes nos precedieron, y nuestro compromiso con el futuro.
Director de la Escuela de Oficiales de la Armada,
Capitán de Navío Marcelo Alejandro Dalle Nogare