De allí que me encuentro a diario con muchísimas personas que
tienen “todo” para ser felices (según lo que su medio espera) y
luchan día a día para no perder esa posición, mientras albergan
dentro de sí una profunda insatisfacción que los mantiene en la
carrera de “mantenerse” … de allí que me pregunto: Si es tuyo, si
eso eres ¿por qué temes perderlo?
Otros tantos que al no sentir que cumplen con las expectativas
del medio, se mantienen en una carrera imparable por “llegar a
ser” eso que esperan de él/ella, lo cual es comprensible, ya que
desde que nacemos nos miramos a través de la referencia con
las personas con quienes nos relacionamos, lo que nos dicen que
está bien, lo hacemos, lo que nos dice que está mal, no. ¿Pero
que pasa cuando lo que soy me pide hacer algo desde lo mas
profundo de mí y eso no está en consonancia con lo que otros
esperan que haga?
Allí aparecen los
tres enemigos
de la expresión
plena de lo
que somos. El
miedo,
la
culpa
y
la
vergüenza,
enemigos de
los
que
te
hablaré
en
una próxima
entrega.
Imagen tomada de https://www.muyinteresante.es
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