Mi primera publicacion polifonia color | Page 5

CREANDO MUNDOS 5 ESQUIZOFRENIA Emanuel Acevedo Muñoz – 11º1 El Oficial Víctor era uno de esos hombres que en la vida tuvo un camino difícil de seguir, a pesar de todo obstáculo hizo lo que quiso y llegó a ser un oficial policial de la ciudad de Medellín. Su infancia fue dura: por una parte tenía a un padre duro, rígido como el hierro, y por el otro a su madre, una de esas mujeres tiernas como el agua cálida. Se destacaba en su oficio, al fin y al cabo era de esas personas que le importaba la sociedad y siembre bregaba a hacer lo mejor posible su trabajo. Poco tiempo como oficial -esto él lo recuerda como si toda la vida lo hubiese acompañado, ustedes saben de esos recuerdos que son imposibles de sacar de la mente- tenía que acudir a un caso que, por normal que fuese, extrajo se su alma algo diferente: era el asesinato de un hombre. Al llegar al lugar de los hechos, solo con ver la casa se daba cuenta de que aquella persona asesinada era un aparente y descuidado borracho. Al entrar a la casa, fea y descuidada, se encontró con un hombre de unos 27 años de edad, piel oscura, pelo esponjado, -sin duda afrocolombiano-. El hombre estaba recostado en una mesa al interior de una habitación, la casa estaba semivacía, parecía que el que viviese allí se alejaba de la sociedad. El hombre afrocolombiano fue identificado con el nombre de Anderson, y presentaba signos de tortura, la mano extendida en la mesa, al lado de la mano una bolsa con clavos y una pistola para clavos. En la mano de Anderson, se encontraban incrustados tres clavos por dedo, algo muy duro de ver, de los clavos incrustados salía sangre y aquellos dedos se encontraban agarrados a la mesa. Los clavos penetraron dentro de las arterias dejando un charco de sangre tremendo, por un sangrado continuo. Anderson, según investigaron, era un hombre normal, sin familia, sin hijos, un hombre libre que no se metía en problemas. ¿Pero por qué fue brutalmente asesinado? En la escena se encontraban las huellas de un hombre más, identificado con el nombre de Emanuel, quien llevó a cabo el asesinato ¿Pero, por qué? Ya hacía un tiempo Emanuel padecía una enfermedad psiquiátrica, conocida con el nombre de esquizofrenia, ninguna persona del sector se percataba de la enfermedad de Emanuel, esté parecía normal. Sin pensar en nada, en absolutamente nada, raptó a Anderson, esto lo hizo dejándolo inconsciente con un químico llamado ácido hidroxibutílico o mejor conocido como GHB, y posteriormente lo llevó al lugar de los hechos Una vez allí Emanuel se dispuso a clavar, dedo por dedo en la mesa, como un juego en el que él era el rey y señor. Un juego de tortura, una cruel y enferma tortura hacia Anderson. La casa en la que había sido cometido el crimen era una casa ya abandonada, en la que en algún tiempo Emanuel vivió. De repente todo se empezó a volver oscuro, nada se lograba ver, en el trasfondo se escuchaba un ruido, un ruido que no iba al caso, sentía que todo se iba de un lado para otro como si estuviera en un barco en un oleaje tremendo, cada mini segundo que pasaba se hacía más oscuro y el sonido más claro… ¡Emanuel, despiértate! Vas a llegar tarde al colegio. MULLERA Juan Fernando Álvarez Yepes – 9°1 Tan oscura como la noche, tan alegre como el alba, tan sensible como una flor y tu alma clara como el agua. Tu sincero amor y tan fría tu cama, la combinación perfecta para un derroche de pasión. Querida amada, que de pecado no tienes nada, mi diosa, mi amor, tan bella como una flor y tan sutil como una brisa. EL MUNDO TAN EXTRAÑO E IMAGINARIO DE MATEO Laura Penagos Mesa - 7°6 Había una vez un niño llamado Mateo de tan solo dos años, a él le gustaba mucho dormir, jugar, imaginar y tratar de hacer mejor su día, así que en una ocasión se le ocurrió jugar con su tía Laura a que ella se escondía y él la buscaba, a ella le gustaba mucho esconderse, pero no estaba. Entonces buscó a su tía Natalia que estaba estudiando para un examen y le ponía cuidado de a raticos, no podía jugar con el porque se desconcentraba y perdía el examen, su abuela estaba lavando y su mamá estaba con su tía Laura en el supermercado. Entonces se dijo: “si mi tía Natalia no puede jugar conmigo me va tocar buscar personas con quien jugar, porque mi tía Laura no está”. Entonces buscó amigos, como era tan pequeño se imaginó: “pues como nadie juega conmigo buscaré alguna distracción para jugar”. Encontró una bomba y se puso a jugar con ella, a la hora siguiente llegó tía Laura y se puso a jugar con ella, dejó a un lado la bomba olvidándola por completo por perseguir a tía Laura. Mateo quería ser un gran imaginador y se le ocurrió la forma de serlo y se puso a pensar: “yo puedo ser un niño muy inteligente, solo tengo que seguir mis metas, pues yo puedo ser más inteligente que ellos porque mi tía Laura, mi abuela y mi tía Natalia siempre me ponen más atención. Pero lo mejor es que puedo encontrar siempre una distracción y puedo tener amigos y animales imaginarios. A los animales les gusta mucho la comida que les hecho y los persigo. Y a mí me gusta jugar con mi amigo imaginario que corre y me persigue a mí, solo yo lo veo, todos me ven hablando y alegando con él, pero nadie sabe con quién estoy hablando y alegando porque el único que lo puede ver soy yo, y él juega y le gusta mucho el mar” A Mateo le gusta mucho sonreír, y encontró una casita abandonada en el cual había un gran tesoro que era un gran barquito de papel y él se fue para donde sus padres y se lo mostró, pero ellos no sabían él de dónde había sacado ese barco porque no le habían enseñado a hacer uno. Pero en esa casita se encontraba su abuela, la cual él no conocía porque cuando nació, ella estaba muerta. Así que se preguntó “quién será esa señora que me dio el barquito”, y al otro día Mateo se escapó y fue a buscar a esa señora, cuando ella le dio un perrito para que jugara con él, y él le preguntó: –¿Quién eres tú? Ella le respondió: –Soy tu abuela, pero solo tú puedes verme. Él le respondió: –¿Por qué solo yo te puedo ver y no los demás? –Yo estoy muerta, pero siempre hay algo que dice “el que muerto está el pariente más nuevo lo puede ver y escuchar”. Así que él le respondió: –¿Como soy tu nieto si nadie me ha hablado de ti? Ella sin dudar respondió: –Porque como tú eres muy pequeño nadie se quiere referir a eso todavía porque dañarían tu infancia y eso te dejaría muy angustiado. –Y añadió –hijo mío, ve y juega con tu nuevo perrito, lo mejor es que te olvides de mí. –Yo no me puedo olvidar de ti porque, aunque no te haya conocido yo soy tu nieto. Ella lo vio tan diferente a los demás que se le ocurrió que el perrito le ayudara con todo lo que el necesitara, ya fuera para amarrarse los cordones, vestirse y que todos los días le diera un barquito en el cual le daría un dulce para que su día fuera el mejor. Él se fue muy pensativo a su casa con su nuevo perrito al que le puso como nombre Copito de Amor. Cuando llegó a casa su tía Laura le dijo: –¿Tú qué haces con ese perrito, de quién es? Como no sabía hablar con las personas de verdad se dijo “¿cómo le voy a decir de donde lo saqué?”, así que se le ocurrió escaparse para ir a donde su abuela, pero el perrito le habló y le dijo: –¿Qué pasa, Mateo?, soy tu abuela, no te escapes porque te regañan. –No sabía que eras tú. –Yo sabía que ibas a necesitar ayuda así que se me ocurrió ser tu mascota para no hacerte ir hasta allá, tu tía Laura, como era la menor, me conoció, para poder que hables con ella solo tienes que aprender a escribir o a hablar. Y él se dijo –pero ella nunca me escucha. Ella le respondió –aprende, y así ella te va a escuchar porque ella es muy buena persona, lo único que debes hacer es ponerle más fuerza a tu voz–. Entonces entrenaron una y otra y otra vez hasta que pudo hablar duro y Laura escuchó cuando habló y fue de inmediato a ver. Y dijo Mateo: –tía Laura, tengo algo que decirte, este perro es mi abuela la que se murió que tú también hablaste con ella cuando eras la menor. Ella respondió: –sí, me acuerdo de ella, pero ¿cómo vamos a hacer que nos crean? cuando yo era pequeña nadie me creyó así que guardé el secreto, y hasta ahora, porque supongo que ya si me van a creer porque si dos personas pasan por lo mismo deben creer lo que dicen. Así que contaron y al fin y al cabo les creyeron y les dijeron que por no rendirse los dos les darían la mejor sorpresa, que era que si varias personas vieron o escucharon a esa persona, la persona volvería a la vida. Al verla viva todos les agradecieron a ellos dos y por lo tanto hicieron una fiesta. Todos quedaron con el perrito y la abuelita, felices para siempre. Enseñanza: Por más que se gocen de ti o caigas, sigue adelante y jamás te rindas, porque nunca será tarde para hacerlo bien, por más que digan cosas feas de ti no digas “no soy capaz”, porque todos somos capaces de todo.