La noción de motricidad hace referencia a la capacidad que tiene un organismo de generar movimiento o de desplazarse. El concepto también alude específicamente a la facultad del sistema nervioso central de provocar contracciones musculares.
Puede entenderse a la motricidad como el dominio del cuerpo por parte de las personas. El ser humano no solo está en condiciones de reproducir movimientos, sino que puede expresar su intencionalidad de manera creativa o espontánea.
Es posible diferenciar entre la motricidad gruesa y la motricidad fina. La motricidad gruesa alude a la coordinación general y a los movimientos más amplios; la motricidad fina, a los movimientos que requieren mayor destreza y precisión. La motricidad fina se consigue después de la motricidad gruesa, ya que demanda una adecuada coordinación de las acciones que ejecutan diferentes grupos de músculos.
La motricidad, en definitiva, no es lo mismo que el movimiento. Un movimiento es una acción motora que lleva a cambiar la posición de un componente corporal o del cuerpo en general. La motricidad abarca la totalidad de las funciones y de los procesos que acarrea un movimiento, incluyendo el factor mental.
El sistema nervioso central, las articulaciones y los músculos participan en los movimientos voluntarios. A través de un proceso de aprendizaje, los niños van desarrollando la motricidad desde el nacimiento, adquiriendo poco a poco habilidades como pararse o caminar. Primero despliegan la motricidad gruesa y luego, una vez que alcanzan la madurez y el crecimiento físico necesarios, la motricidad fina. Para favorecer esos procesos es importante que los chicos realicen actividad física y sean estimulados por los adultos.
MOTRICIDAD CONCEPTO