Es un virus muy esquivo y cambiante, por eso es difícil de erradicar
P. ¿Qué impide la curación?
R. Hablamos de un virus muy esquivo, que cambia rápidamente y se integra en el ADN. Ataca a nuestro sistema inmunitario con tal agresividad que lo vuelve incapaz de defenderse contra los diversos agentes patógenos, exponiéndolo a otras infecciones, las llamadas oportunistas. La clave para curarlo está en eliminar ese reservorio viral de células inmunitarias infectadas que no producen más virus, pero permanecen escondidas en el organismo. Son la razón principal por la que el VIH no se pueda erradicar. Por eso, demostrar que se reducen progresivamente confirma que estamos aplicando las estrategias correctas. La gran esperanza está en la terapia genética que permita generar un sistema inmunitario reconstruido.