321
Sin embargo, aunque no se ha logrado mejorar
los rendimientos del cultivo (han caído a una tasa
promedio anual del 5 % en el periodo 2002–2017),
parece ser el aumento de la producción a través del
área sembrada una opción en el corto plazo. Además,
el sector cuenta con un importante apoyo institucio-
nal que impulsa aún más su crecimiento: programas
como el Programa de Transformación Productiva, la
Alianza Agroexporta y Colombia Siembra tienen al cul-
tivo de palma de aceite dentro de sus cultivos prio-
rizados para brindar apoyo lo que direcciona más
recursos para la expansión del sector.
Según el MinAmbiente, se espera que el cultivo de
palma de aceite alcance las 530 mil hectáreas sem-
bradas (Fedepalma, 2018), mientras que las metas
de Fedepalma giran en torno a las 581 mil hectáreas.
Los cuatro escenarios de proyección para el cultivo
concuerdan en que el cultivo seguirá expandiéndose
en el país de forma rápida, como lo ha hecho en los
últimos años, con lo que lograría en 2030 más que
duplicar el área sembrada en 2016.
En cuanto a los demás cultivos su crecimiento es-
perado no alteraría su orden de importancia, aun-
que es de destacar el importante crecimiento espe-
rado del aguacate. Actualmente, Colombia es uno
de los productores más importantes de aguacate a
nivel mundial, siendo el cuarto país a nivel de pro-
ducción, y el tercero a nivel área sembrada, solo
superado por México y Perú, ocupando el 6 % del
área mundial de este cultivo (MinAmbiente, 2018).
La producción de aguacate en Colombia ha creci-
do a un ritmo tal que en los últimos cuatro años se
ha logrado reducir las importaciones de aguacate
en el 96 %, pasando de importar 3 128 toneladas
en 2014 a solo 133 en 2017, mientras que las ex-
portaciones crecieron en un abrumador 1519 %,
pasando de 1 760 toneladas exportadas en 2014 a
28 487 toneladas exportadas en 2017 (MinAmbien-
te, 2018). Los principales destinos de exportación
del aguacate colombiano son el continente euro-
peo, especialmente Países Bajos, España y Reino
Unido (MinAmbiente, 2018).
El escenario más optimista plantea que el cultivo
supere las 380 000 hectáreas sembradas en 2030,
mientras que el más conservador espera que se su-
peren las 165 000 hectáreas sembrada en 2030.
En cuanto a las metas del sector, el MinAmbiente
espera que el 2018 finalice con aproximadamente
74 000 hectáreas sembradas (MinAmbiente, 2018).
Para los cultivos transitorios se espera que en el ca-
lendario A sigan siendo liderados ampliamente por el
maíz y el arroz secano mecanizado y en el calendario
B por el maíz. En el calendario A el único cambio de
orden esperado se da entre el arroz secano manual
y la papa. Se espera para el año 2024, el primero
logre superar al segundo en área sembrada. En el
calendario B se espera que el arroz secano manual
logre superar al frijol en el año 2025. Para el calen-
dario B, se espera un comportamiento estable del
cultivo durante el periodo, para lograr en 2030 las
308 000 hectáreas sembradas, mientras que los es-
cenarios ADL, DNP y Fedesarrollo se espera un leve
crecimiento del cultivo hasta las 388 000, 339 000 y
346 000 hectáreas sembradas en 2030.
En términos de demanda de agua para los cultivos
transitorios (Figura 154), tanto en calendario A
como en calendario B se espera que se mantenga
el orden de importancia de los cultivos transitorios,
siendo el arroz de riego el principal consumidor de
agua para este tipo de cultivos, aunque destacando
que su tendencia es levemente decreciente.
Entonces, se espera que la demanda de agua de los
cuatro principales cultivos transitorios del país que
se riegan ascienda a más de 1 649 millones de m 3 de
agua en el calendario A y a más de 1 281 millones de
m 3 de agua en el calendario B para el año 2030.
Análisis integrado del agua en Colombia