Mi primera publicacion ENA_2018 | Page 278

278 Ib, con el 48,2 % y 19,6 %, respectivamente, los cua- les pueden causar efectos sobre la salud a largo pla- zo, considerando que los principales representantes son organofosforados y carbamatos (Cárdenas et al., 2015). Igualmente, los plaguicidas de categoría toxicológica III, ligeramente peligrosos (15,2 %), no pueden ser catalogados como inocuos, ya que estos pueden estar liberándose al medio ambiente por lar- gos periodos de tiempo y causar efectos e impactos negativos en la salud y el medio ambiente. La posible explicación sobre el uso de plaguicidas más peligrosos de categorías Ia y Ib puede ser que tienden a ser más baratos y de amplio espectro. Entre estos podemos citar: paratión, metilparatión, carbofurán, metamidofos, metomil, monocrotofos, carbosulfán, clorpirifos, dimetoato y paraquat, pro- ductos que son ampliamente usados por los peque- ños agricultores en América Latina y el Caribe. La mayoría de los plaguicidas que requieren vigilancia especial son los insecticidas, sin embargo, en este grupo también están representados algunos herbi- cidas y fungicidas (Gladstone & Hruska, 2003). En este estudio se reportó el uso de estos plaguicidas en los grupos químicos de organofosforados, carba- matos y bipiridilos. Con relación al uso de plaguicidas por objeto blanco a controlar, el amplio rango de compuestos usados en el control de plagas incluye insecticidas, fungici- das, herbicidas y rodenticidas, entre otros; los más usados a nivel mundial y en Colombia son los insecti- cidas, entre estos, los organofosforados (59 %), car- bamatos (34 %) y, en menor, porcentaje los organo- clorados (10 %) (Cárdenas et al., 2010). En el presente informe, se mantiene el porcentaje de uso de los organofosforados con el 57,7 %, y se muestra la disminución significativa en el uso de car- bamatos (21,5  %) y de organoclorados (0,9  %); sin embargo, se puede observar que aunque estos gru- pos químicos pertenecen a categorías toxicológicas Estudio Nacional del Agua 2018 moderadamente (II) y altamente peligrosos (Ib), se siguen usando en Colombia, entre los que aún se en- cuentra productos obsoletos o descontinuados para uso como plaguicidas como el aldrín y que, junto a otros como el endosulfán, monocrotofos, paratión, carbofurano, metamidofos, metilparatión, son pro- ductos químicos sujetos al procedimiento de con- sentimiento fundamentado previo y hacen parte del Anexo III del Convenio de Rotterdam (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Ali- mentación (FAO), 2011). Igualmente, algunos de los plaguicidas reportados hacen parte de la lista de prohibidos o restringidos en Colombia, entre estos encontramos el aldrín, prohibida su importación, producción y formulación desde 1988; paratión y del metilparatión restringi- do su uso desde 1991; endosulfán uso limitado úni- camente para el control de la broca del cafeto desde 1997 y cancelado su registro de venta desde 2001 y en 2002, se suspende el uso de algunos plaguicidas a base de carbosulfán (Instituto Colombiano Agro- pecuario, Subgerencia Protección y Regulación Agrícola, s.f. ). Los plaguicidas más frecuentemente utilizados son los más peligrosos, entre estos los insecticidas sinté- ticos más reportados por los pequeños agricultores son generalmente los organofosforados y carbama- tos, los que más intoxicaciones agudas generan. Los insecticidas menos peligrosos, tales como piretroi- des, imidacloprid y derivados de toxinas bacterianas antibióticos son los menos usados. El metamidofos y el metilparatión están en la lista de la OMS como plaguicidas de clase I: extremadamente peligrosos o altamente peligrosos para los seres humanos. El clorpirifos se incluyó en la lista como plaguicida de uso restringido en los Estados Unidos en el 2003 (Gladstone & Hruska, 2003). Los carbamatos son derivados del ácido carbámico, tienen baja persistencia ambiental, pero toxicidad